Una imagen vale más que mil palabras. Y en la Sociedad de Cazadores de Lebrija (Sevilla) tienen muchas que han querido compartir con la Federación Andaluza de Caza. En ellas, se evidencia la impagable labor de conservación de la tórtola común (Streptopelia turtur) que los cazadores realizan en favor de la especie incluso ahora, que su caza está prohibida en toda España.

Las imágenes, tomadas por cámaras de fototrampeo, muestran cómo las tórtolas acuden en gran número a los bebederos y comederos que los cazadores han instalado en sus terrenos durante el verano.

Una labor de conservación no reconocida

Los cazadores de Lebrija gestionan 5.600 hectáreas de campiña, donde han colocado 150 bebederos fabricados e instalados por sus guardas de caza.

Cada día, reparten hasta 3.000 litros de agua para asegurar la supervivencia de las tórtolas y otras aves que sufren la falta de humedad y las altas temperaturas. Esta gestión cinegética es fundamental para mantener las poblaciones de tórtola común, que llevan años en declive por la pérdida de hábitat y la agricultura intensiva.

Como todos sabemos, los cazadores no pueden disfrutar del aprovechamiento sostenible de esta especie, ya que la Comisión Europea dictó en junio de 2021 una moratoria de caza de la tórtola común (instigada por el lobby animalista, con SEO/BirdLife a la cabeza), instando a las comunidades autónomas a suspender su caza.

Otra imagen de la cámara trampa instalada por los cazadores junto al bebedero.
Otra imagen de la cámara trampa instalada por los cazadores junto al bebedero. © FAC

Los cazadores, los únicos que ayudan a las tórtolas

Esta medida ha sido criticada por la Federación Andaluza de Caza, que considera que prohibir la caza no beneficia a la especie, sino que la perjudica al desincentivar el interés y la inversión de los cazadores por su conservación: «Continuar prohibiendo el aprovechamiento cinegético sostenible de la tórtola no va a beneficiar a la especie, sino todo lo contrario: los cazadores son los mayores interesados en que las poblaciones de tórtola común se recuperen y conserven para así disfrutar su caza, siempre como un recurso renovable» ha asegurado José María Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza.

El representante de los cazadores andaluces ha asegurado que «si se pierde el interés cinegético de la tórtola, dejarán de realizarse inversiones y mejoras de hábitat y el interés de los cazadores por su conservación quedará reducido al mismo que demuestran otros colectivos, que no invierten ni un sólo euro ni una hora de trabajo en el mantenimiento de la tórtola común».

Huelga decir que los grupos ecologistas que reclaman su caza no hacen nada sobre el terreno por mejorar sus poblaciones.

El PIRTE, un compromiso de conservación

Por ello, la Federación Andaluza de Caza pide a la Junta de Andalucía que defienda ante Europa la aplicación del Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea (PIRTE), un proyecto elaborado por la Fundación Artemisan que propone varias acciones para mejorar el hábitat, monitorizar las poblaciones y regular la caza adaptativa de la tórtola común.

Este plan cuenta con el apoyo y la colaboración de los cazadores y gestores, que son los principales interesados en que la tórtola común se recupere y se conserve como un recurso renovable.