El cazador Juan Mari Esáin Goñi, natural de la localidad navarra de Zubiri, ha ganado a sus sesenta años su decimocuarto Campeonato Navarro de Becadas. Con este, reúne ya en su haber 14 victorias en la máxima competición navarra de sordas, además de nueve triunfos en el nacional, un palmarés que tratará de aumentar el próximo fin de semana en Extremadura, cuando asista a la final de España.

«En gran parte, la suerte ha influido mucho para conseguir este último campeonato», explica Esáin en declaraciones a Jara y Sedal. «En el anterior campeonato navarro, en 2019, fueron tres becadas abatidas de tres disparos, pero en este caso había pocas y estaban malos los ejemplares, por lo no pude disparar más que a una», expone el cazador navarro, «contento» tras el triunfo.

Detalla que «las becadas no aguantaban la muestra del perro; esto se debe a que tienen mucha presión cinegética en los países del Este antes de migrar aquí y eso se nota; apeonan mucho como las perdices y son muy ariscas, por ello tienes que tener un perro que las muestre bien de cerca», describe. Esáin llegó a control a las 13:00 horas de la tarde y tuvo la suerte de que no entró ningún cazador antes, «y los que entraron posteriormente tenían una becada también», por lo que se proclamó ganador.

Más sobre cómo vivió la jornada, marcada por la nieve del día anterior

Juan María Esáin explica que el pasado jueves ya se había suspendido el campeonato porque «la mitad del cazadero estaba nevado; posteriormente, llovió mucho y había quitado casi toda la nieve». «Estaba todo el monte mojado y con algún corro de nieve aislado y fue una mañana muy desagradable. Pero a veces la suerte llega, y me salió bien», se congratula. Explica además que cazó con su setter de un año y medio, «a la que le falta veteranía, pero pone mucha decisión». «Hasta ahora estaba compitiendo con pointer, pero con esta raza estoy también encantado», añade.

Su preparación para los campeonatos

El cazador navarro lleva a cabo una dura preparación para estar a punto en los campeonatos: «En el verano voy casi todos los días con la bici, y en invierno salgo de caza todos los días que puedo. El problema es si luego te toca un juez que no te puede seguir los pasos», algo que narra que le ocurrió en Cantabria hace dos años: «Perdí un campeonato de España porque el juez no llegó conmigo a tiempo, y hasta que él no estuviese allí en la mesa, no se me aprobaba. Llegó dos minutos tarde y eso costó que perdiese…», se lamenta.

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