Rodrigo, un joven cazador de 23 años que padece esclerosis lateral amiotrófica (o ELA) -una enfermedad del sistema nervioso central que provoca una degeneración progresiva-, ha decidido sortear su rifle y su visor para luchar contra esta enfermedad que le fue diagnosticada durante la pasada cuarentena.

«Soy Rodrigo, tengo 23 años y este año durante la cuarentena me han diagnosticado ELA. Soy cazador y se me ocurrió que sería una buena manera de ayudar a la lucha contra la ELA hacer un sorteo de mi equipo de caza para sacar dinero y donarlo, porque hacen su trabajo desinteresadamente y se lo merecen», comienza explicando el joven durante un vídeo publicado por Bigtrophy en Instagram y que se ha hecho viral.

«Este es el último corzo de mi vida»

El joven aparece en el vídeo después de haber abatido un corzo junto a Ramón, de Bigtrophy: «He cazado junto a él el último corzo de mi vida y estoy encantado de haberlo podido hacer realidad», señala el joven en unas duras declaraciones tras el rececho del cérvido, que aparece en la grabación.

Por su parte, Ramón explica cómo se desarrolló el lance: «Llegamos ayer, vimos caza, tuvimos oportunidades, pero no terminamos de culminarlas. Esta mañana ha habido una última oportunidad, desde un balcón, y de un certero disparo ha abatido el corzo», relata.

Próximamente Jara y Sedal dará más datos sobre el sorteo, que aún no se ha organizado, y como participar en él. Por el momento compartimos las imágenes del joven tras protagonizar el que será su último rececho de corzo.

Otras grandes historias de superación que fueron protagonistas en Jara y Sedal

cazador y pescador invidente
El primer día que Tachi se unió a la cuadrilla tras el accidente sus compañeros le regalaron un nuevo chaleco firmado. / T.

Para finalizar, recordamos varias grandes historias de superación que fueron protagonistas en Jara y Sedal. La primera de ellas es la de José Manuel Suárez «Tachi», un jovencísimo cazador que en 2015 sufrió un accidente al caerse desde una roca durante una cacería cerca de la localidad leonesa de Almuzara que le dejó en una silla de ruedas. Es vecino de Robles y, por supuesto, sigue siendo un apasionado del mundo cinegético porque es su filosofía de vida. Esta es su historia.

También el pasado 18 de febrero, un caso similar fue protagonista en este medio. Fue el de Javier Díaz, cazador de la localidad madrileña de Navalcarnero, al que el pasado mes de enero un problema en la arteria femoral le cambió la vida: tuvieron que amputarle una pierna. Tras la operación llevada a cabo en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, en Móstoles, tuvo la caza como terapia para afrontar el día a día tras el grave problema que sufrió. Su encomiable testimonio revelado a este medio es todo un ejemplo a seguir.