El cazador jiennense José Guirao, conocido en redes sociales por difundir los valores del mundo cinegético a través de su cuenta de Instagram TodoCaza, ha publicado en los últimos días una historia un tanto peculiar: la de un enorme jabalí al que había seguido el rastro durante 40 días y que, al final, ha conseguido abatir tras varias duras y gélidas noches de espera en su coto de Jaén.

José y su novia, Mamen Jiménez, llevaban meses tras El Capitán, jabalí al que habían bautizado con este nombre debido al paraje que frecuentaba. «Era de un tamaño que no estaba acostumbrado a verse en la zona, ya que intentamos cazar machos, pero así de grandes es muy difícil. Estuvimos dos meses grabándolo en bañas y cebaderos», explica el cazador sobre la ardua batalla que les planteó el animal en declaraciones a Jara y Sedal.

La historia del «viejo Capitán»

Dos imágenes de las esperas. ©. J. G.

La historia del «viejo capitán solitario que campaba a sus anchas por los montes jienenses retando y derrotando a perros y a otros jabalíes con sus largas defensas» terminó «la noche que menos lo esperaba, en la que toparía con un despistado cazador que soñaba con él», describe el propio protagonista de la historia en el texto que acompaña al vídeo que ha compartido en sus redes sociales.

«No sé si la suerte o la experiencia de otras ocasiones nos llevaba a Jesús Ramos -su compañero de caza en aquella espera- y a mí caminando hacia el coche en mitad de una fría noche de enero congelados pero muy atentos porque sabíamos que un oso andaba suelto por la zona…», detalla Guirao. «Efectivamente, sorprendimos al viejo capitán hozando, que corrió camino a una ladera escarpada pero que tomó el camino erróneo ya que pudimos verlo en un claro entre las encinas y apretar el gatillo casi sin darnos cuenta y llenar de sonido la noche», añade José.

Así dieron con él los cazadores

Trofeo del animal. ©. J. G.

El cazador ha detallado a este medio cómo Jesús Ramos -representante de Solognac Jaén- y él mismo dieron con el gran jabalí: «Nos pusimos en el mismo sitio que habíamos estado esperando en las noches anteriores, en un día de aire y frío; no pudimos aguantar más y nos fuimos», explica sobre una noche de espera que amenazaba con ser una nueva derrota.

«Teníamos el coche a 500 metros del puesto y, a medio camino, en un cerro con muchas piedras, escuchamos a una piara descolgarse», describe. «Es una zona con cabra montesa, encendí la linterna y para mi sorpresa no era esta especie, sino un jabalí muy grande tapado con un matorral. Como yo escuchaba piedras caer, pensaba que era una hembra vieja, y al dar un paso hacia adelante, le vi la boca a 120 metros y disparé», señala.

El jabalí corrió «y no nos atrevimos a acercarnos porque nos ganaba en altura, no sabíamos si le habíamos dado y era muy peligroso» por lo que al día siguiente fui con mi padre y con su perra Vega.  Al llegar al lugar del disparo, encontraron sangre: «Pisteamos unos cincuenta metros y dimos con él; era un guarro espectacular, como se puede apreciar en las fotografías», expone.

El cazador dedica este vídeo «a todos los animales que dan su vida por lo que más nos gusta»

Por último, el cazador dedica este vídeo «a todos los animales que dan su vida por lo que más nos gusta y en especial a este solitario Capitán, un jabalí que ha sobrevivido durante años esquivando a los cazadores y rajando todo tipo de adversarios pero que el día menos pensado topó con un cazador que soñaba con él…», reflexiona. «Los que me conocen saben que el trofeo me importa más bien poco y este no es una excepción, pero un esperista sabe que de 100 noches se abate una, pero se caza y se disfruta en todas y este es especial no por el trofeo, sino por lo que ha costado hacerse con él y por las noches de sueño que nos ha quitado», concluye el joven jiennense.

De su trofeo, destacaba principalmente la longitud de los colmillos más que el grosor: de largo dio 8,5 centímetros por fuera y 19 en total, siendo medalla de bronce.

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