El jabalí herido atacó con saña a dos hermanos, de 43 y 45 años, propinando al menor de éstos dos heridas, abiertas y profundas, con desgarros en ambas piernas. Actualmente se encuentra en observación en el Hospital Universitario Central de Asturias.
18/10/2017 | Redacción JyS

Jabalí. / Foto: Shutterstock

Tal como informa La Nueva España, los hechos ocurrieron el pasado sábado 14 de octubre durante una montería celebrada en el coto asturiano de Quirós. El montero de 43 años, José David Menéndez, poco podía imaginar cómo terminaría su jornada de caza cuando un jabalí herido apareció de la nada y le tiró al suelo sin permitir que se levantase.
El cochino le infirió con los colmillos dos heridas abiertas y profundas, produciéndole desgarros en ambas piernas. Una en la parte trasera de una de ellas y la otra en la cara delantera. Por si fuera poco, el jabalí quedó enganchado con una cuerda que portaba el montero y llegó a arrastrarle por el camino unos metros.
Su hermano Javier, que se encontraba cerca, acudió en su auxilio. Con un cayado que portaba y a patadas intentó liberar a su hermano del suido. Sin embargo, la pesadilla no terminó hasta que otro cazador, integrante de la cuadrilla, acudió en su auxilio y abatió al animal de un disparo. 

El jabalí además atacó y acabó con la vida de un perro de la rehala

«Tuve suerte, pues yo solo no podía levantarme. Si mi hermano no está cerca podría haber pasado algo grave», aseguró José David Menéndez. Ambos heridos eran cazadores experimentados que nunca habían sufrido ningún ataque semejante. Según integrantes de la cuadrilla, el animal tendría un peso de alrededor de los noventa kilos.
Los ataques de bravos jabalíes en situaciones que les suponen estrés son comunes en las monterías, como ya te mostramos en Jaraysedal.es. Los colmillos de los jabalíes son un arma muy cortante, con los que provocan heridas abiertas con desgarros que pueden derivar en graves infecciones.
Además, los jabalíes heridos son excesivamente agresivos y atacan cualquier cosa que se mueva, ya sea el propio cazador o los perros de la rehala. De hecho, durante esta accidentada cacería también un perro fue atacado y muerto por el mismo jabalí.