Esa parte de la sociedad que vive ajena del mundo rural y todo lo que este implica, a veces, les lleva a no valorar e, incluso, a despreciar lo que en él se vive. Es lo que ha ocurrido en el municipio de Duruelo, en la provincia de Segovia, y su ayuntamiento ha decidido reaccionar de un ocurrente modo.
Algo parecido vimos también hace unos meses cuando en Francia aprobaron una nueva ley que impedía a los urbanitas quejarse del «ruido» que hacen los animales en las zonas rurales del país. Esto surgió después de las 18.000 denuncias recibidas por los tribunales contra los agricultores y ganaderos franceses y los motivos eran, entre algunos otros, las molestias que les causaba el canto del gallo.
Ahora, en este pueblo de Segovia se ha repetido la historia tras haber sido objetivo de las quejas de algunos de sus turistas a los que parece molestarles los sonidos propios del mundo rural. Ante ello, el ayuntamiento ha decidido salir en su defensa colgando un ingenioso cartel en la entrada del mismo.
Un original cartel contra las críticas al mundo rural en Segovia
«Atención. Pueblo español. Entras bajo tu propio riesgo», comienza advirtiendo el cartel a todo aquel que se encuentre a las puertas del mismo con intención de conocerlo.
El ingenioso cartel de un pueblo de Córdoba para evitar que los veraneantes tiren basura en sus campos
«Aquí tenemos campanarios que suenan regularmente. Gallos cantando muy temprano. Rebaños que viven cerca. Algunos, incluso, llevan cencerros en el cuello. Agricultores y artesanos que trabajan para que tú puedas comer», continúa exponiendo en cuanto a la actividad que en él se lleva a cabo.
Por último, invita a abandonar la idea de entrar en el pueblo a quienes no sepan apreciar esa esencia del mundo rural. «Si no puedes soportarlo, ¡estás en el lugar equivocado! De lo contrario, aquí encontrarás una cálida bienvenida y mucha amabilidad», concluye el cartel.