Este cazador no disparó al raposo en una montería en Cáceres por hacer caso a su padre: «Detrás del zorro siempre va el viejo jabalí». El gesto le permitió cazar a continuación un tremendo macareno que será probablemente medalla de oro.

27/12/2019 | Redacción JyS

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Imágenes del joven con el jabalí. / JyS

El cazador pacense José Manuel Martín Herrero, de 20 años de edad, abatió el pasado 13 de octubre el primer jabalí de su vida y tuvo la suerte de que fue un tremendo macareno medalla de oro.

La montería en la que consiguió cazarlo se desarrolló en una finca abierta en las cercanías de la localidad cacereña de Carbajo. El joven ha narrado a Jara y Sedal cómo se desarrolló la jornada cinegética en «un puesto de vaguada» y en cuyo testero de enfrente«había algunos claros» para poder disparar.

José Manuel, que acudió a la cacería acompañado de un amigo, llevaba «toda la mañana escuchando algo moverse» y a última hora le vino un zorro. «Mi padre me tenía dicho que detrás del zorro siempre viene el jabalí viejo y le hice caso», explica Martín sobre el momento en que decidió no disparar al raposo.

Segundos después, tal como su padre había pronosticado, José Manuel vio venir al gran macareno y se preparó para el disparo. El primero de ellos, «a unos 250 metros de distancia», impactó en los cuartos traseros del animal y, el segundo, «a unos 150 metros» en la zona del codillo. «En ese momento me cabreé porque en la orilla de la vaguada había muchos zarzales, y lo vi desaparecer», admite tras creer que lo había fallado.

Algunas de las imágenes del animal que tomó José Manuel.

Pero nada más lejos de la realidad: «Poco después vi cómo salió de un zarzal como un obús, arrancándose hacia nosotros. Eché a mi amigo hacia atrás y disparé de nuevo», narra el joven, que acertó con el tercer disparo en la zona del pecho del animal. Ahora sí, había caído al instante. Al llegar a él, los jóvenes no creían lo que tenían ante sus ojos: «Era un tremendo macareno, el primero de mi vida… ¡y qué primero!», cuenta aún emocionado José Manuel.

Según nos cuenta, lo primero que hizo el joven tras ver al animal fue llamar a su padre: «Justo ese día estaba en otra montería, pero tal fue la emoción que se la interrumpí y le conté lo que me había pasado. Él se vino corriendo, pensando que estaba exagerando, pero cuando vio lo que había cazado no paraba de abrazarme y de repetir que estaba muy orgulloso de mí», confiesa el joven que además añade que el animal lo va a naturalizar de pecho.

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