Una auténtica tragedia medioambiental. Eso es lo que ha sucedido en los últimos días en la Sierra de Huelva, en la que centenares de bomberos ayudados por otros colectivos como el de los cazadores han conseguido extinguir un incendio que ha devastado gran parte de uno de los pulmones verdes de Andalucía.

El incendio se produjo en el paraje Oligarcas, en el municipio de Almonaster La Real, en el corazón de la Sierra de Huelva, e incluso obligó a evacuar a la población de las aldeas de Cueva de la Mora y Monteblanco.

Tras éste, un dron ha grabado los cientos de hectáreas arrasadas por el incendio para concienciar a la población de la importancia de cuidar nuestro entorno y de no realizar fuego fuera de la época establecida para ello.

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Los cazadores, los primeros que participarán en el plan de recuperación de la Sierra de Huelva tras el trágico incendio

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Un rehalero junto a varios compañeros tras salvar a sus perros en un incendio en Huelva. / E.N.

El papel de la caza en la lucha contra el fuego se concentra especialmente en la prevención. Así, los miles de guardas de coto que hay en toda España se convierten en agentes activos de prevención y en un primer foco de alerta, con comunicaciones inmediatas a las autoridades tanto ante el inicio de un incendio forestal como ante cualquier mala praxis que pueda aumentar el riesgo de que se propague el fuego.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que esas importantes inversiones –el sector de la caza es el principal ‘agente’ privado en cuanto a inversiones de conservación medioambiental en España- permiten mejorar los accesos a zonas rurales y minimizar el riesgo de incendios a través del cuidado del entorno.

De hecho, no es una casualidad que las grandes zonas de caza mayor (Sierra Morena, Montes de Toledo, Serranía de Cádiz…) sean históricamente espacios con pocos incendios forestales. Según explicaban expertos en esta materia en el documental La caza y los incendios forestales, esto es consecuencia de varios factores como un manejo sostenible del espacio; la presencia de los guardas; las torretas de vigilancia; los cortaderos (que forman auténticos cortafuegos); y la red de balsas de agua.

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