Se llama Marijke Ottema, es periodista, psicóloga y trabaja para la revista National Geographic. Hace dos años decidió escribir una historia sobre caza, una actividad que estaba en las antípodas de su forma de pensar. Lo hizo «con interés de explorar las posibilidades de comer carne sin usar la industria cárnica y para entender la caza», tal y como reconoce en su página web esta holandesa.

«Para poder comprender completamente al cazador, decidí convertirme en uno», relata Marijke. Algo que podría parecer normal en la vida de un periodista a la caza de una buena historia, si no fuera por un detalle: ella era vegana. Y de las buenas: había formado parte del primer partido animalista de Holanda e, incluso, había concurrido a unas elecciones como candidata. Para el veganismo, practicar la actividad cinegética es uno de los pecados capitales del ser humano, por eso esta nueva religión se encuentra en la base ideológica de los movimientos anticaza más radicales del mundo. Pero Marijke estaba dispuesta a pecar y a publicarlo en una revista que en los últimos tiempos ha endurecido su línea editorial contra los cazadores.

«Creía que consumir animales de granja de la forma en la que lo hacemos hoy en día es uno de los mayores errores de nuestro tiempo. Y sigo pensándolo», aclara la periodista en una de sus publicaciones de Instagram, la red social en la que acaba de alcanzar los 25.000 seguidores. «Cuando era pequeña, estaba convencida de que los animales no debían estar enjaulados. Cuando crecí, esta opinión no cambió. Me hice vegetariana y, posteriormente, vegana. Me uní al primer partido político que representaba los derechos de los animales, el Partido por los Animales (Partij voor de Dieren) y me ofrecí como candidata para el Ayuntamiento de Amsterdam. Participé en manifestaciones y me involucré en el debate público sobre el tratamiento de los animales», recuerda Marijke sobre su militancia animalista.

Marijke solo como carne de los animales que caza con sus propias manos. /Instagram

Animalista y cazadora

A medida que fue madurando, la periodista del National Geographic comenzó a preguntarse si su amor por la naturaleza podía ser compatible con el sacrificio de animales para alimentarse: «¿Sería posible comer carne de una manera que se alineara con mis ideales? Decidí investigar estas cuestiones recorriendo el camino del cazador».

Tal y como Marijke recuerda «fue un camino lleno de dudas y confrontaciones personales, de cuestionar ideas preconcebidas y adquirir nuevas experiencias». Pero su inmersión en el mundo de la caza cambió su forma de ver esta actividad tras la elaboración del reportaje, que fue publicado en la edición holandesa de National Geographic en diciembre de 2017. Además, junto al reportaje produjo un vídeo de su experiencia que puedes ver al final de este texto.

«Hoy en día soy cazadora y disparo a animales para comer, pero mis puntos de vista no han cambiado», puntualiza Marijke, quien asegura que sigue haciendo campaña por los derechos de los animales y que nunca compra productos elaborados con carne de granja. «No estoy sugiriendo que todas las personas sean cazadoras. Pero ser cazador y animalista es posible», sentencia esta holandesa que luce orgullosa su condición de cazadora a través de las redes sociales. Pero ¿cómo reconciliar ambas posiciones. La periodista sugiere que cazadores, animalistas y ganaderos están de acuerdo en que los animales no deben sufrir para servirnos como alimento «es un punto de partida desde el cual podríamos generar confianza y comenzar un diálogo positivo y constructivo».

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