Pedro Ceballos Pichaco, guarda de un coto de caza cercano a la localidad de Esperas, en la provincia de Cádiz, ha pillado a unos furtivos capturando jilgueros y ha avisado al SEPRONA, quien los ha detenido tras acudir rápidamente al lugar de los hechos.

Ceballos ha publicado además, en el grupo de Facebook de Jara y Sedal, el vídeo en el que se ve el saco de los jilgueros que habían capturado en el coto. En concreto, se ha incautado una red de quince metros un elevado número de jilgueros dentro de ella.

«Llevaba tres días detrás de él. Se me escapó dos veces y en la tercera ocasión lo cogí. Iba en una moto, pero le bloqueé el paso y no pudo hacer otra cosa. Primero le hice fotografías a todo lo que había cogido, quité la red y llamé al SEPRONA, que rápidamente se personó en el lugar», detalla Pedro. «Él lo único que decía era que no tenía trabajo y que se tenía que buscar la vida y que eran para la venta, pero no olvidemos que esto es un delito y hechos así dañan enormemente la naturaleza», defiende el guarda.

Sin duda alguna una extraordinaria intervención que demuestra la importante labor de este colectivo.

Gepostet von Pedro Ceballos Pichaco am Donnerstag, 20. August 2020

Este guarda rural y el SEPRONA protagonizan una persecución de película y capturan a varios furtivos en Granada

Este guarda rural y el SEPRONA protagonizan una persecución de película y capturan a varios furtivos en Granada
El guarda librando las aves. / J.M.

La historia que el guarda de un coto de caza cercano a la localidad granadina de Huétor TájarJosé Miguel Campillo Ruiz, ha narrado a Jara y Sedal es un auténtico relato de película. Ocurrió este viernes, 10 de julio, y gracias a la enorme compenetración de José Miguel con los agentes del SEPRONA de la comarca lograron detener a varios furtivos que estaban capturando con liga especies protegidas como jilgueros, verderones, pardillos y verdecillos para luego venderlas en el mercado negro.

La intervención ha ocurrido en el coto privado ‘El Guantero’, como así se llama la extensión de tierras de caza menor que durante todo el año cuida José Miguel, al que los cazadores tienen contratado como guarda rural.  

«Llevábamos varias semanas viendo a varios furtivos que estaban cogiendo pájaros con pegamento de forma ilegal para venderlos. Por ello, el SEPRONA me pidió que viese los días que entraban, si iban cambiando o no de lugar… y un día volvieron. Los dejé a ver si repetían y al tercerdía hicimos la operación», comienza explicando el guarda a Jara y Sedal. Te lo contamos en este enlace.