El pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) es un ave rapaz de gran tamaño extinguida en la Península Ibérica desde el siglo XIX. Desde el 2 de agosto de 2021, nueve ejemplares de esta especie empezaron a vivir en un jaulón de grandes dimensiones en la localidad asturiana de Pimiango. La iniciativa la impulsó la Asociación Grefa y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).

A día de hoy, este ave está distribuida en amplias zonas del norte del este de Europa y en buena parte de Asia. Por lo tanto, el Proyecto Pigargo nació para reintroducir la especie en España a partir de los ejemplares llegados de Noruega.

Sin embargo, no estuvo libre de polémica. Biólogos y ecologistas de las regiones afectadas expresaron sus dudas sobre que el ave hubiera estado allí presente en algún momento. Asimismo, advirtieron del peligro que esto suponía para las especies autóctonas.

La primera fase del Proyecto Pigargo

La iniciativa dio comienzo con una primera fase experimental de suelta de una veintena de ejemplares que procedían de Noruega. Para ello, construyeron una jaula gigante en la que las aves pudieran aclimatarse desde pequeñas y, dos meses más tarde, abrirlas para que aprendieran a volar y socializar entre ellas.

A pesar de esto, meses después de que se iniciara, parece que todo se ha paralizado por las quejas de diversos sectores. Por lo tanto, esa veintena de pigargos continúan en Asturias y Cantabria en un limbo administrativo.

Alejandro Calvo, consejero en funciones de Medio Rural del Principado, confirmó a Efe en el mes de marzo que el Comité de Flora y Fauna Silvestres decidió retirar su apoyo a esa iniciativa. De igual modo, descartaron apoyar la fase definitiva del proyecto de introducción del pigargo europeo en España tras esa primera prueba experimental.

Las asociaciones ambientalistas piden la captura de las aves

En este sentido, las asociaciones ambientalistas han mostrado fuertemente su contraria opinión. Por ejemplo, la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies ha manifestado que no hay «ninguna evidencia de que el pigargo europeo haya sido una especie reproductora en España».

Además de esto, también sostienen que este superdepredador, que se alimenta de peces, otras aves y mamíferos, puede dar lugar a graves problemas para la conservación de especies amenazadas de la fauna asturiana. Alegan que se debe «a la competencia con ellas o directamente por su depredación».

Por ello y al igual que otras organizaciones ecologistas, piden que se proceda a la captura de los ejemplares liberados en los últimos meses «sin demora». Con ello quieren evitar que sigan ocasionando impactos negativos en el medio rural.

Por el momento, se desconoce cuándo el Principado y los demás gobiernos afectados van a tomar una decisión acerca de la continuidad o no del Proyecto Pigargo.