El siguiente vídeo ha logrado captar uno de esos momentos mágicos que la primavera nos regala por estas fechas: una corza amamanta a sus corcinos y los limpia. Está grabado por las cámaras trampa que Senén Ramos -un habitual de esta web– tiene colocadas en su tecor, ubicado en la Ribeira Sacra, en la provincia de Orense, en Galicia.

En el primero de los vídeos se ve cómo un corcino abandona su escondite, localizado en un zarzal, cuando se percata de que su madre ha llegado de nuevo para amamantarlo. En tan sólo unos segundos sale de nuevo y se alimenta de ella.

Tal y como recordaba la Asociación Española del Corzo hace unas semanas, muchos herbívoros, entre ellos los corzos, se defienden de sus depredadores huyendo a la carrera. Las primeras semanas de vida, los corcinos son demasiado débiles para correr y ponerse a salvo, por ello se ocultan entre la hierba o la maleza, permaneciendo inmóviles. Sus manchas blancas ayudan a que sean más miméticos. Periódicamente las corzas se acercan para darles de mamar y limpiarles escrupulosamente para que no emitan ningún olor que pueda atraer a enemigos como los zorros.

«Importante» población de zorros en la zona

Senén Ramos, por su parte, explica que en esta zona la población de zorros es «importante», de ahí que el mimetismo sea fundamental para evitar que los corcinos sean presa de los raposos. «Estos animales les hacen mucho daño; lobos en esta zona en este momento no hay, porque se han movido, pero sí raposos, una especie que está haciendo daño». No obstante, expone que últimamente las zorras -también en época de parir- «están más pendientes de las crías y de cazar animales más pequeños como ratones que de enfrentarse a las corzas, que pueden hacerles también daño».

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