Carlos Doral abatió un enorme gamo el pasado fin de semana una montería de Jaén. Con casi 200 puntos es un extraordinario medalla de oro.

9/11/2019 | Redacción JyS

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El cazador, con el gamo. / A.P.

El cazador Carlos Doral se hizo el pasado domingo 3 de noviembre, en una montería en las cercanías de la localidad jiennense de Navas de San Juan, con todo un gamo portentoso. La puntuación final ha sido de 190 puntos, lo que se traduce en una medalla de oro tras ser tratado en el taxidermista.

Cazó el animal a primera hora de la mañana, junto a su compañero Juan Manuel Fornell. Al finalizar la jornada cinegética –sobre las 17:00 horas de la tarde- los buitres ya habían despedazado buena parte de la pieza, tal y como han explicado en declaraciones a Jara y Sedal.

Doral se hizo con el tremendo animal con su rifle Browning en calibre .30-06 de tres disparos. «El gamo entró a galope por el testero que estaba enfrente del puesto. El primero de los disparos fue fallido, y en el segundo y el tercero el animal cayó herido», relata Fornell a Jara y Sedal. «La lluvia acompañó a lo largo de toda la jornada», añade el cazador, por lo que tuvieron que esperar hasta última hora para ir a por el trofeo y se encontraron con la sorpresa.

Caza un monstruoso gamo de 200 puntos en Jaén

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El monstruoso gamo conseguido por Ignacio de Ramón. / I.R.

El cazador alicantino Ignacio de Ramón cazó el pasado 20 de septiembre en un rececho en Jaén un gamo que el taxidermista, aún con las palas en verde, ha calibrado que llegará a los 200 puntos. Ocurrió en una finca que se encuentra en las cercanías de Aldeaquemada, justo en el inicio de Sierra Morena. Te lo contamos aquí.

El primer gamo de este joven en Cádiz que jamás olvidará

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Javier Mesa Ortiz, con el gamo abatido. / J.M.

Hace unos meses, fue protagonista en Jara y Sedal cómo el joven Javier Mesa Ortiz, de 22 años de edad, cazó un gamo que se quedó sólo tres puntos de erigirse como medalla de oro. Lo abatió en pleno Parque de los Alcornocales, dio 176.2 puntos y fue un regalo de su padre, Rafael Mesa. Lo cazó después de seis horas tras sus pasos durante la ronca. Nos lo cuenta aquí.