El zaragozano José María Hernández logró hacerse con el gamo récord de Cataluña de la pasada temporada. El monstruoso animal dio la friolera de 200,86 puntos. Nos cuenta cómo se desarrollo el rececho.

27/7/2019 | Redacción JyS

El gamo abatido por José María Hernández. / D.C.

El cazador zaragozano José María Hernández ha logrado hacerse con uno de los sueños de su vida cazando el récord de Cataluña de gamo durante la temporada 2018-2019 con un animal que ha dado un total de 200,86 puntos. Fue durante la pasada ronca cuando logró hacerse con esta pieza única que está dando que hablar a través de las redes sociales a cazadores de todo el país.

Hernández, acompañado por Hunting Pyreenes, se hizo con este gamo en la finca Montlleví, en pleno prepirineo catalán. «Era un animal que teníamos visto unos días atrás y decidimos que teníamos que ir en su busca», ha señalado a este medio David Casillas, gerente de la empresa.

Otra imagen del gamo abatido. / D.S.

El lance fue «muy rápido», puesto que los cazadores vieron cómo el animal estaba roncando detrás de unas hembras después de haber estado luchando con otro macho. En ese contexto le entraron y acertaron con él a unos 150 metros de distancia con su rifle calibre 7 mm Rem. Mag.

«Lo herimos y se nos fue a una zona de bosque profundo, por lo que tuvimos que tirar de nuestro teckel para lograr dar con él», explica Casillas a Jara y Sedal. En un momento de la búsqueda, perdieron el hilo de sangre, pero fue el can el que logró finalmente dar con el gamo que finalmente ha sido récord de Cataluña y que se colocará entre los 100 mejores de España de todos los tiempos.

El primer gamo de este joven en Cádiz que jamás olvidará

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Javier Mesa Ortiz, con el gamo abatido. / J.M.

Hace unos meses, fue protagonista en Jara y Sedal cómo el joven Javier Mesa Ortiz, de 22 años de edad, cazó un gamo que se quedó sólo tres puntos de erigirse como medalla de oro. Lo abatió en pleno Parque de los Alcornocales, dio 176.2 puntos y fue un regalo de su padre, Rafael Mesa. Lo cazó después de seis horas tras sus pasos durante la ronca. Nos lo cuenta aquí.