El corzo (Capreolus capreolus) es sin duda alguna una de las especies de caza mayor que más pasiones desata. El popularmente conocido como duende del bosque, es el centro de atención cuando la primavera llama a nuestra puerta.
Un entorno privilegiado con temperaturas suaves, y la caza en solitario, son dos de los reclamos que atraen a miles de cazadores. Pero no hay que olvidarse de una parte fundamental: su peculiar trofeo.
Nunca antes un trozo de hueso de unos pocos centímetros había levantado tantas pasiones. Rosetas, perlas o puntas son vocablos que se repetirán de ahora en adelante en las conversaciones más cinegéticas. La misión de encontrar al corzo de tu vida empieza en unos días pero… ¿lo sabes todo sobre su trofeo? ¿Cuánto tiempo tarda en crecer? ¿Cuándo están los corzos limpios? ¿Descorrean antes los viejos?
Para responder a estas y otras cuestiones relacionadas con el trofeo del corzo hemos buscado el apoyo de los que saben del asunto. Javier Iñurrieta es uno de los mayores conocedores de la especie en nuestro país. Con su cámara de fotos realiza diariamente un fantástico trabajo de documentación que suele compartir en su perfil de Instagram, y del que todos nos aprovechamos para saber más.
Javier ha sido capaz de retratar al mismo ejemplar de corzo desde el momento del desmogue hasta lucir el nuevo trofeo, completamente limpio, y estas son sus consideraciones al respecto.
Un trabajo documental para saber más del corzo
El desarrollo completo de la cuerna del corzo dura aproximadamente 100 días, iniciándose este proceso desde finales de octubre o finales de noviembre, hasta mediados de febrero o de marzo, dependiendo de las diferentes áreas ocupadas por el corzo en la península y de factores intrínsecos de cada individuo.
Durante este periodo de meses invernales y por lo tanto de menor cantidad de horas de luz, la actividad del corzo (muy ligada al fotoperiodo) se reduce, siendo la alimentación y la baja actividad sus prioridades. Principalmente por estas razones resulta más sencillo, dada su previsibilidad, localizar a ciertos ejemplares muy fieles a sus áreas de alimentación. Durante 106 días (período que ocupan las imágenes) se ha podido constatar el crecimiento de los cuernos de este corzo, aproximándose al dato de 100 días que citan diversos estudios.
Como prueban las imágenes, tras el desmogue o pérdida de los cuernos (en algunas ocasiones ambas cuernas se desprenden simultáneamente o en un plazo de dos días aproximadamente entre la caída de una y otra), el crecimiento es lento, transcurriendo alrededor de quince o veinte días para apreciar el incipiente nacimiento. Es durante el mes de enero cuando el crecimiento es notable. La continua irrigación de sangre bajo la borra, genera ese aspecto voluminoso que se tornará pálido amarillento y sin vida pocos días antes de descorrear.
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