La Guardia Civil ha detenido a 14 personas en Cantabria por cometer más de 400 estafas con anuncios de compraventa falsos por internet, algunos de ellos de armas vendidas a cazadores que nunca se enviaban. Esta intervención ha sido parte de la operación Gemule, que se ha se ha saldado con la desarticulación de este grupo delictivo que ofertaba productos de segunda mano, que una vez cobrados, nunca remitían.

Se investiga la comisión de más de 400 estafas por toda la geografía nacional, ofreciendo a la venta, principalmente, turismos antiguos, motocicletas clásicas, escopetas de caza, collares con GPS integrados o instrumentos musicales, a precios bajos.

Tras los primeros cinco registros en Santander y El Astillero, los investigadores incautaron numerosa documentación, obteniendo información sobre 133 cuentas bancarias. En total, con el análisis de todas esas cuentas bancarias y otras documentaciones investigadas, se calcula que la organización podía haber recibido de sus víctimas más de 350.000 euros.

En el mismo domicilio se encontraba el hijo del cabecilla, un hombre de 28 años, considerado el ‘cerebro ‘ de la organización, que ha llegado a publicar más de 4.000 en webs de venta de efectos de segunda mano.

Personas sin recursos como ‘mulas’

La trama se nutría principalmente de personas sin recursos de Santander, para poner a su nombre multitud de líneas telefónicas y cuentas bancarias. La organización se aprovechaba de la situación de necesidad de estas personas, dándoles pequeñas comisiones, con el pretexto de ayudarles a cobrar negocios sin dejar constancia. En otras ocasiones llegaron a amenazarles con violencia.

Una de estas mulas llegó incluso a ser secuestrada al negarse a entregar el número secreto de una cuenta bancaria. Posteriormente esta persona fue trasladada a un terreno donde fue agredido hasta que facilitó las claves. La organización se valía de diferentes formas para realizar las estafas, llegando a utilizar los DNI de algunas de las víctimas, usurpando su identidad.

La operación, ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción nº 5 de Santander, bajo la coordinación del Fiscal de delitos telemáticos, continúa abierta, no descartando más detenciones.

La investigación es realizada por especialistas en delitos informáticos y delitos contra el patrimonio de la Guardia Civil de Cantabria, con el apoyo de efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), además de la colaboración de las Policías Locales de Santander y El Astillero.