Este cazador creía que había fallado un pequeño jabalí en una noche de aguardo y, desesperado, ya recogía sus trastos. Gracias a la ayuda de un amigo, lo encontró a cuarenta metros del lugar, pero se trataba de un enorme macareno.

5/9/2019 | Redacción JyS

jabalí
Jorge Peris, con el jabalí. / J.P.

El cazador valenciano Jorge Peris Vidal, de 46 años de edad, ha narrado para Jara y Sedal una apasionante historia que le ocurrió hace unos años en una noche de espera en las cercanías de la localidad valenciana de Enguera. Logró dar caza a un enorme macareno cuando creía que había fallado un jabalí de unos cuarenta kilos. Un amigo fue quien se encontró con la gran sorpresa cuarenta metros más adelante del lugar del disparo.

Sucedió en la noche del 5 de julio, un día en el que «seguía ilusionado con que se produjese el maravilloso encuentro con el animal» que durante meses había grabado con su cámara de fototrampeo –como así atestigua el vídeo que incluimos al final de esta crónica-. «Era un jabalí que tomaba las máximas precauciones en sus paseos nocturnos», relata Peris. Pero aquella noche estaba predestinada para él.

«Había una luna llena que dolía hasta mirarla», relata el cazador. «Mis esperanzas se desvanecían por momentos y sobre las 23:00 horas entró al cebadero un cochino de unos cuarenta kilos con más hambre que vergüenza», relata en tono jocoso Jorge. «Comió dos bocados de maíz y se dirigió hacia la esquina donde cada noche tenía puesto su menú de almendras», dice Peris sobre el alimento que dejaba a los macarenos para picarlos en el puesto.

Treinta minutos después, apareció una jabalina «enorme» con un «batallón de descendientes», según sigue explicando el cazador, que hizo que se pusiese en tensión. Al llegar al cebadero, la guarra «dio un arreón y se marchó». Pocos minutos más tarde le sucedió algo que jamás olvidará: escuchó ruidos en una zona del cebadero y, al encender la luz, vio un jabalí que pensó que era similar al primero de la noche y disparó con su Benelli Argo en calibre .300 Winchester Magnum y munición Winchester Super X de 180 grains, saliendo huyendo el animal.

«Mi corazón retumbaba», confiesa. «Me vine abajo. Pensé que Dios me había dado la oportunidad y la había desaprovechado», admite. «Le dije a mi hermano de caza, mi amigo Michel, que el jabalí se había ido para no volver más…», se lamenta sobre lo que sucedió. «Yo quería marcharme de allí cuanto antes después de lo que ocurrió. Lo había fallado», admite el cazador, al que su amigo convenció para quedarse un rato más en la espera.

Ya a las tres de la mañana, y totalmente desesperados, decidieron marcharse, no sin rastrear la zona ante la insistencia de su amigo cuando… a unos cuarenta metros del lugar del disparo encontraron el jabalí. «Hubo lágrimas de emoción», narra el cazador. «Primero lo vimos de culo, pero conforme nos íbamos acercando a él, la carne se iba poniendo más y más de gallina», admite sobre el momento en que encontraron el gran animal.

A continuación te mostramos uno de los vídeos del jabalí grabado días antes por la cámara trampa que el cazador colocó en las inmediaciones del puesto.

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