Según denunció hace unos días este medio, desde hace tiempo existe una estafa que está afectando a cazadores y no cazadores cuyos perros han sido extraviados o robados y que los buscan a través de las redes sociales. El modus operandi de los delincuentes consiste en llamar al dueño del perro perdido tras ver su anuncio y pedirle una cantidad de dinero determinada por adelantado en concepto de gastos.

A menudo tratan de empatizar con la víctima, explicándole que ellos también han sido víctima de robos de perros y le ofrecen algún tipo de descripción de la mascota. Rasgos identificativos que ellos mismos han podido observar en las imágenes distribuidas a través de las redes o tras investigar los perfiles sociales de la víctima. También puede ser porque realmente están en posesión del animal, si este ha sido robado por ellos mismos. Los dueños, desesperados por recuperar a su mascota, suelen hacer el desembolso, tras lo cual estos individuos desaparecen.

Una condena ridícula

Jara y Sedal ha tenido acceso a una condena a dos individuos que llevaron a cabo una estafa similar a una colaboradora de Jara y Sedal, Melisa Vara. Ambos, que son matrimonio, fueron condenados a indemnizar a la víctima con 60 euros, el mismo precio que pagó la propietaria de una perra robada por intentar recuperarla. El fallo del juzgado es el siguiente:

Queda probado y así se declara en el mes de marzo de 2020, (la víctima) publicó en la red social Facebook y en otras plataformas una comunicación en la que anunciaba el extravío de un perro galgo, interesando la colaboración del público para su recuperación. A raíz de tal anuncio, (la víctima) recibió una llamada telefónica exigiéndole la comunicante la cantidad de 60 euros para entregarle el perro desaparecido, a lo que (la víctima) accedió, ingresando dicha cantidad en una cuenta de titularidad de (los estafadores), cortando desde ese momento los mencionados toda comunicación con (la víctima), por cuanto nunca tuvieron intención de devolver el can.

Fallo del jurado.

De esta forma, la sentencia dicta que los estafadores deben indemnizar a la propietaria por el daño causado con la misma cantidad de dinero que le pidieron como rescate de su perra robada, pero ni siquiera tiene en cuenta los gastos que esta ha tenido de desplazamientos al juzgado ni pérdida de horas de trabajo. «No me extraña que luego canten y se rían de las víctimas», ha declarado Melisa Vara a este medio.

Lo recomendable en estos casos es no entregar jamás dinero por adelantado y que inmediatamente comuniquen los hechos a la Guardia Civil. Solo así podremos detener a esta lacra.