El cazador guadalajareño Salvador Sánchez abatió, el pasado viernes 21 de agosto, un espectacular jabalí en una noche de espera en la que cazó dos zorros más, ya que el coto social alcarreño en el que llevó a cabo el lance tiene sobrepoblación de raposos. Aunque el animal «no tiene un peso exagerado» –unos 80 kilos-, sí que cuenta con unas prominentes navajas de 18 centímetros y unas amoladeras que casi dan una vuelta completa sobre sí mismas. En una primera medición no oficial, el taxidermista ha comentado al cazador que el jabalí podría rondar los 105 puntos.
Sánchez ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de un lance que no olvidará jamás: «Este jabalí, a finales del mes de junio, lo vi yendo al corzo, pero no pude dispararlo ya que aún no tenía permiso de caza en espera, que comienza el 1 de julio», relata el cazador. «Estuve buscándolo, ya que está prohibido el uso de cebaderos, y me ponía en puestos de espera en distintos puntos del coto durante el verano, pero nada, no di con él…», asegura Salvador.
«Una espera en mi coto es más suerte de saber por dónde están pasando los animales que de ir a buscarlos, cebarlos y que te entren. Está prohibido cebar y eso lo llevamos a rajatabla», defiende.
El viernes día 21, un inicio de fin de semana «de perlas»
El pasado viernes 21 de agosto fue cuando Salvador se hizo con el jabalí: «Me situé en un lugar querencioso sobre las 21:15 horas, y a las 00:30 horas ya me retiraba, porque pensé que si había algún jabalí ya se habría ido. A la que me fui, vi tres zorros y abatí dos», señala el cazador. Y fue entonces cuando, a lo lejos, vio un bulto. «Miré por el visor y efectivamente, era el jabalí que dos meses antes había podido ver», relata.
«Desde que abatí el primer zorro hasta que cacé el cochino pasó más de una hora. Volví a cargar el rifle y fui a buscarlo en paralelo con él –ya que él iba por la siembra-. Cada vez que lo alumbraba, volvía a andar hacia adelante, por lo que me la jugué. Me puse en unos olivos a tan sólo unos metros del puesto de espera y me quedé en ese lugar con una tremenda adrenalina», relata el cazador.
«Esperé de frente al animal y apareció. Volví a encender la linterna, pero de los nervios no quería estar mucho tiempo alumbrando para ver el trofeo. Se metió detrás de unas encinas y, en cuanto apareció por el otro lado, a unos 120 metros, apunté, disparé y cayó», relata sobre el lance. «Cuando vi que estaba en el suelo, el jabalí empezó a patalear, pero yo no tenía más balas, por lo que me esperé para ver en qué dirección salía corriendo para ir al día siguiente con los perros. La suerte que tuve es que, a los dos minutos, dejó de moverse», señala el cazador que asegura que cuando le vio la boca al animal, se le cayeron las lágrimas.
Dos cazadores van de espera y un descomunal jabalí se coloca a sus espaldas sin que ellos se enteren
El cazador ciudadrealeño Julio Bernardino, de 37 años de edad y natural de la localidad de Almuradiel, aprovechó hace unos días la luna llena que había para dar caza a un descomunal jabalí junto a su cuñado.
Todo comenzó unos días previos a la luna llena de agosto, cuando el cazador localizó una baña «bastante tomada» en una finca abierta en la provincia de Ciudad Real. Julio observó la huella de un jabalí de gran porte que entraba a desparasitarse. Te lo contamos en este enlace.
Caza un viejo jabalí de casi 150 kilos tras 7 noches de espera en Córdoba
«Han sido siete noches de espera las que hemos estado detrás de él y también hemos dejado pasar jabalíes imponentes por hacernos con este, pero la verdad que ha merecido la pena», comienza relatando el cazador a Jara y Sedal. Te lo contamos en este enlace.