Por José Gregorio Hernández (Torcaces.com)

Se calcula que entre dos y tres millones de ejemplares cruzan cada año los Pirineos para tomar un pasillo central que atraviesa la Península Ibérica de noreste a suroeste y así pasar el invierno en zonas como Extremadura, Andalucía, la cuenca del Tajo o el Alentejo portugués. Otras muchas eligen las vías marítimas, pero ¿cuáles son estos pasos tradicionales? ¿Cuáles tienen aún afluencia y cuáles se está perdiendo? ¿Están cambiando sus trayectos? ¿Por qué? En este artículo hallarás las respuestas.

La paloma está cambiando sus rutas migratorias

El cambio climático y las infraestructuras que el hombre levanta en el medio natural son dos de los factores que en los últimos años están modificando los pasos de las torcaces que llegan a nuestro país. Incluso muchas de ellas deciden no migrar, aumentando el número de las sedentarias.

Los pasos tradicionales españoles arrancan tras los pirenaicos de Urrugne, Sare, Arnegui, Banca, Iraty y costa catalana. Las torcaces llegan principalmente de Rusia y Alemania por el noreste o el norte del Macizo Central francés. Después están las grandes rutas de Finlandia, Noruega, Suecia y los países bálticos por un eje más nórdico que atraviesa el centro de Francia. En octubre, si los aires son fuertes del sur, tienden a seguir la ruta por Guipúzcoa; si son del norte y fríos, por Navarra.

El calentamiento global trae consigo inviernos suaves con temperaturas casi primaverales y predominio de los vientos del sur, ocasionando que muchas no migren –como constata el aumento de las sedentarias en las ciudades– o un retraso en la migración, buscando rutas alternativas para protegerse a lo largo de los Pirineos en las zonas menos afectadas por el viento de cara, como es la parte más occidental de la cadena migratoria, en concreto, la zona de la costa vasca; incluso se está observando una nueva ruta por el mediterráneo catalán.

Este predominio del viento del sur hace que se desplacen hacia una ruta por la costa noroeste: hay años que se observan bandos por Cantabria y Galicia que luego bajan por la costa de Portugal hacia las dormidas de Pinheiro.

Otra explicación a este cambio es el aumento de parques eólicos en los collados de los montes donde se encuentran los pasos que generan brutales campos magnéticos, lo que obliga a las palomas a buscar desbocadamente otras rutas migratorias para esquivar estas instalaciones.

Los el flujo migratorio en sus principales pasos.
Los el flujo migratorio en sus principales pasos.

Pasos del País Vasco

Aquí encontrarmos varias rutas con alta afluencia. La primera, Irún-Tolosa-Otzaurte, con vientos del sur más moderados. Las palomas se reparten desde Irún siguiendo la carretera N-1 pasando por zonas de pasos como Urnieta, Andoain, Tolosa y Zegama, dejando a la izquierda el puerto de Etxegarate y continuando por los montes de Otzaurte. Incluso pueden llegar de Navarra desde Lesaka por los valles de Peñas Haya o Etxalar. Continúan por los últimos montes de la provincia de Álava, en la zona de Salvatierra, Campezo y Peñacerrada.

Todos los cazadores reconocen a Ortzaurte como una de las mejores para el pase: prueba de ello es que para acceder a sus puestos de Apota y Larrabil se presentan cientos de solicitudes. La segunda ruta migratoria, Irún-San Sebastián-Salinas de Leniz, con viento sur intermedio, tiende a entrar por Jaizkibel y continúa por San Sebastián, Zarautz y Zumaya hacia el interior por Cestona, Azpeitia, Zumarraga y Oñate, continua hacia Salinas de Leniz y franquea Vitoria por su lado derecho. La tercera es la que presenta mayor afluencia de palomas: Irún-San Sebastián-Bizkaia-Vitoria. Con vientos muy fuertes, tiende a entrar por la frontera de Irún y continuar por la costa pasando por Jaizkibel, San Sebastián, Zarautz, Mutriku, Ondarroa, Markina, Durango y montes de Urquiola, continuando hacia abajo hasta los montes de alrededor de Vitoria.

La cuarta ruta, Bilbao-Eretza-Orduña, también con viento sur fuerte, la cogerán las que han salido de las Landas (Francia) y continúan por el mar sin pasar por el Pirineo, entrando por Bilbao y continuando por el monte Eretza, Amurrio y los montes de Orduña. Aquí los puestos son colocados en lo alto de los montes, fabricados con pantallas de madera y maleza del entorno o colocando varios módulos de andamios de muchos metros de altura. La modalidad de caza es la pasa.

Pasos de Navarra

Una vez se introducen en Navarra dibujan tres corrientes migratorias: norte, centro y sur. Cuanto más fuerte sea el viento del norte más se inclinan hacia el sur de esta comunidad. En la primera línea, zona norte, tenemos las torcaces que vienen de Sare y Etxalar o Lesaka y continúan hacia Leitza, Lekumberri, Echarri, Alsasua, La Barranca y Sierra de Aralar.

En segunda línea, zona centro, con viento fuerte del norte, tenemos las torcaces que vienen de Quinto Real y Valcarlos y el Valle de Roncesvalles pasando por el Puerto Erro, los valles de Pamplona, los pasos del Monte Perdón y Puerto Echauri con dirección a la zona de Tierra Estella y atravesando el pantano de Alloz. En una tercera línea tenemos la zona sur de Navarra, con vientos muy fuertes del norte y palomas procedentes de Valcarlos, Iraty y Orbaiceta que pasan por Tafalla, Lerin y la Ribera Navarra.

Aquí la modalidad de caza es al paso desde puestos de madera en lo alto de los montes. En las zonas del centro también podemos encontrar una de las modalidades más antiguas: con cimbel desde chozas construidas de piedra y maleza del entorno. Los cimbeles, de balancín o bomba, se sitúan en las copas de los árboles; en los últimos años se están utilizando también de volantines. Pueblos como Abarzuza o Zufia practican esta modalidad desde hace más de 100 años. Por último, aunque menos importantes por el número de capturas pero no por ello menos atractivos para el cazador, en el Valle de Ulzama se encuentran unos fenomenales puestos de contrapasa: Valle de Arce, Arive y Aibar. Una vez las palomas atraviesan el País Vasco y Navarra, el pasillo central continúa por La Rioja y Castilla y León.

Bando de palosmas torcaces. ©Shutterstock

La nueva ruta catalana

En los últimos años se está observando una nueva ruta migratoria que atraviesa Cataluña. Por los cielos de provincias como Gerona y Tarragona pasan numerosos bandos procedentes de la cordillera de los Alpes Marítimos, en Francia. Los avistamientos se producen al principio de la migración, consecuencia posiblemente del cambio climático que provoca días de buen sol y calma, con predominio de viento sur flojo, que las torcaces aprovechan para evitar las grandes montañas de los Pirineos. 

Su ruta continúa dirección Madrid y la costa mediterránea –Castellón y Valencia, en la Comunidad Valenciana– en dirección hacia el centro peninsular siguiendo la gran ruta de los zorzales. La modalidad de caza que se practica en estas zonas es la misma que la del País Vasco, colocando puestos en lo alto de los montes.

La Rioja

Nos encontramos los pasos de Haro, palomas que nos llegan de Peñacerrada, los de la Reserva de la Demanda y Cameros (La Rioja), el monte La Modorra, Ezcaray y el collado de Sancho Leza, torcaces que nos llegan desde Navarra.

Pasos de Castilla y León

En la provincia de Burgos hallamos dos rutas. La primera, de las palomas procedentes de la ruta de Bilbao, discurre al oeste de la A-62, por Peña Angulo, Villarcayo, Oña y Briviesca y continúa por la derecha de Burgos dirección Palencia y Valladolid; la segunda, por el este de la A-62, por los pasos de Pancorbo, Montes de Oca y Belorado, con las que vienen de la ruta de Álava y algunas de Navarra. El embudo se va cerrando hasta llegar a los emblemáticos pasos tradicionales de Alarcia, con mucha afluencia, y los de Valmala (Cerro Idolen). Las de la primera línea continúan por los llanos de la provincia de Palencia y Valladolid hacia Salamanca por los pasos de los Montes Torozos en la valleisoletana localidad de Medina de Rioseco.

El pasillo central –segunda línea– continúa por la provincia de Soria, con los pasos tradicionales del Puerto Piqueras (La Poveda), Puerto de Santa Inés, Castillo de Vinuesa y la RRC de Urbión. A esta provincia también llegan las torcaces que pasaron por Navarra y las que entran por el PN del Moncayo (Zaragoza). En la provincia de Segovia están los pasos de Puerto Nevero (Navafría) en la sierra de Guadarrama, Navahermosa, Serrezuela, pasos de Hontanares (Riaza), Castroserracín y Montes de Valsaín y los dormitorios de los pinares de Villacastín, donde hacen escala antes de emprender el vuelo hacia la Sierra de Gredos.

Pasos de la Sierra de Gredos

El pasillo central se va reduciendo y concentrando la mayor parte del contingente en la provincia de Ávila, en la Reserva de Gredos, donde, según el viento, la ruta toma dos bifurcaciones. La primera sigue la N-502 hacia Arenas de San Pedro, con pasos tradicionales emblemáticos como los puertos de Menga, Serranillos, Mijares y El Pico, ruta que ha mermado mucho su afluencia. La segunda bifurcación sigue la N-110 hacia Plasencia (Extremadura) con pasos tradicionales como los puertos de Villatoro y Castilla.

Otra línea de pase puede venir más hacia el este de Madrid, por los pasos de El Tiemblo y los puertos de Carboneras y Casillas, pero con poca afluencia. Si toman la ruta de la N-502 serán los últimos pasos migratorios que atraviesen, puesto que se encontrarán ya la zona de invernada de las dehesas de encinas del antiguo Condado de Oropesa, Navalcán y Puente del Arzobispo (Toledo). En los últimos años esta zona disfruta de poca afluencia, continuando su migración hacia Extremadura o Córdoba.

Existe otra ruta migratoria en esta comunidad que está cogiendo mucha afluencia en los últimos años, la que viene de la provincia de Salamanca procedente de la ruta del norte de Burgos con dos líneas de ruta: la primera pasa por la derecha de Salamanca, Vitigudino y Lumbrales para entrar en Portugal por Freixo de Espada à Cinta; la segunda, más hacia el sur por Ciudad Rodrigo, Espeja, las palomeras de Ituero de Azaraha y Robleda, continúa hacia la invernada en Portugal por Fuentes de Oñoro o hacia Extremadura por Valverde del Fresno, Puerto de Perales y Las Batuecas.

Varios contingentes se quedan en estas zonas de dehesas para pasar la invernada, aunque suele ser más a finales de temporada, al comenzar la migración prenupcial.

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Madrid

En los montes de Madrid podemos encontrar una de las primeras salidas del pasillo central. Esta comunidad tiene 11 pasos tradicionales, los más importantes en la Reserva de Sonsaz: Alto de Hiruela, Collado Palomas y Salinero. En Cercedilla tenemos Collado Ventoso, Hoyo Redondillo, Valdesquí (Rascafría) y los puertos de Fuenfría, Navacerrada, Carboneras (Rozas de Puerto Real), Boquerón (Canencia) y La Morcuera (Rascafría-Miraflores).

Estas palomas se juntarán con la que viven en esta comunidad para continuar el camino a zonas de invernada de Andalucía, más concretamente a los valles de Los Pedroches y del Guadalito (Córdoba); algunos contingentes se quedarán en zonas de Toledo y Ciudad Real. Se cree que parte de la paloma autóctona de Madrid realiza una migración interna hacia zonas de invernada de Extremadura y Portugal.

Pasos de Extremadura

Extremadura recibe la mayor parte del contingente, llegando a contabilizarse de uno a dos millones de torcaces entre todos sus dormitorios. Los más destacados son los que se encuentran en la emblemática Sierra San Pedro, que alberga el 60% del total en las zonas de Monfragüe y Torrejón el Rubio, Cedillo, Coria, Monesterio, y otras con menor conteo como las de Olivenza, Talavera y Mérida.

El Puerto de Tornavacas es el referente: es el último sistema montañoso al que tienen que hacer frente las torcaces. Sus bonitos collados son paso obligado de estas incansables viajeras. Es la última puerta de entrada hacia la invernada en dehesas de encinas y alcornoques tanto extremeñas como portuguesas. Es el paso más tradicional de esta comunidad, ubicadas las líneas de puestos a ambos lados de la carretera N-110, en el inicio del Valle del Jerte. También se encuentran aquí los pasos de Hervas, Jerte, Cabezuela del Valle…