Es el presidente de la mayor federación de cazadores de España y uno de los líderes que trabajan cada día defendiendo los derechos de los cazadores. Protagonista en todas las manifestaciones y campañas de defensa del sector en los últimos años, su trabajo trasciende las fronteras andaluzas y es reconocido en todo el país por su afabilidad, capacidad, profesionalidad y honradez a la hora de representar al colectivo cinegético y luchar por sus derechos. Hablamos con él en el instante más oscuro vivido por los cazadores españoles en los últimos años, buscando quizá esa tranquilidad que siempre transmiten sus palabras. Así ve y así afronta José María Mancheño el abismo hacia el que el Gobierno formado por el PSOE y Unidas Podemos quiere empujar a los cazadores españoles con sus dos proyectos de ley más anticaza: el de Bienestar Animal y el de la Reforma del Código Penal.

Pregunta. Acabáis de iniciar una campaña de información, pueblo a pueblo, para transmitir la gravedad de la situación que plantean las leyes animalistas presentadas por el Gobierno central a las 1.400 sociedades de caza federadas de Andalucía. ¿Por qué habéis tomado esta decisión?

Respuesta. La razón fundamental es que nos enfrentamos a una situación límite para nuestra actividad. El futuro de nuestro colectivo está gravemente amenazado frente a los proyectos de Ley de Bienestar Animal y la reforma del Código Penal en materia de maltrato animal que impulsa el Gobierno central.

Pese a que en estos meses desde la Federación Andaluza de Caza hemos informado de la gravedad de la situación y de cómo afectan estos proyectos legales a la caza, hemos detectado que aún existe mucha confusión y desinformación en el cazador de a pie. Ante esta situación hemos decidido informar a nuestras sociedades de caza de manera clara, transparente, objetiva y directa con reuniones presenciales, donde también puedan exponer sus dudas y obtener respuestas.

Si queremos un colectivo activo y preparado para dar la batalla en cualquier momento, es necesario que el cazador de a pie esté bien informado y sea consciente de lo que conllevan ambos proyectos legales y de lo que se viene encima en los próximos meses.

P. ¿Cuál es el mensaje que estáis transmitiendo? ¿En qué situación nos encontramos?

R. El mensaje es muy claro y nuestro coordinador jurídico lo resume a la perfección en todas las reuniones: si cualquiera de los dos proyectos legales, tanto el de la ley animalista, como el de reforma del Código Penal, ven la luz con el texto actual, supondrán la extremaunción para la caza y el silvestrismo.

Por tanto, la situación es extremadamente preocupante y delicada. En el caso de la Ley de Bienestar Animal, es cierto que contamos con las enmiendas que los grupos parlamentarios han presentado al texto y entre las que se encuentra la del PSOE, que excluiría a la caza, resolvería gran parte de nuestros problemas y que es especialmente significativa, ya que la presenta el partido mayoritario del Gobierno, que ha decidido enmendar uno de sus propios proyectos legales para evitar el riesgo, real y cierto, que se cierne sobre la actividad cinegética.

Sin embargo, de nada nos servirá esta enmienda si, por otro lado, el proyecto de reforma del Código Penal sigue adelante en los términos actuales.

Por tanto, la situación y el mensaje es claro: el Gobierno Central debe detener la tramitación de ambos proyectos legales, “tumbarlos” y volver a redactarlos contando con el consenso y la participación de todos los sectores afectados.

«El Gobierno Central debe detener la tramitación de ambos proyectos legales, “tumbarlos” y volver a redactarlos contando con el consenso y la participación de todos los sectores afectados»

P. ¿Cuándo podría ser aprobada? ¿Qué plazos estimáis desde la federación?

R. Es muy difícil estimar plazos frente a un proyecto de Ley Animalista que se está tramitando con una absoluta falta de transparencia, aunque todo parece indicar que la primera votación en el Congreso tendrá lugar antes de que acabe el año. Si se cumplen los plazos que pretenden quienes impulsan esta Ley, podríamos estimar que intentaría aprobarse en el primer trimestre de 2023.

P. Tal y como usted señala, la reforma del Código Penal animalista es aún peor que la Ley de Bienestar Animal, sin embargo, casi nadie habla de ella. ¿Por qué es tan mala?

R. Porque sitúa al cazador en una situación de indefensión jurídica que, sin prohibir expresamente la caza, hace imposible practicarla con garantías y seguridad. La reforma del Código Penal plantea ampliar el delito de maltrato animal a todos los animales vertebrados, incluidos los silvestres.

Es importante aclarar algo: esta ampliación del delito del maltrato excluye a todas las actividades legalmente reconocidas, y la caza lo está. Pero cabría plantearse qué ocurre en supuestos a los que cualquier cazador puede verse expuesto de manera accidental pero con cierta frecuencia y que lo pondrán ante una situación de absoluta indefensión jurídica.

Pongamos un ejemplo concreto para entender esto: si en una jornada de caza menor mis perros capturan un conejo más de los que permite el cupo, nuestra actividad dejaría de estar amparada legalmente. Con esta reforma del Código Penal, lo que hasta ahora es una sanción administrativa se convertiría en un ilícito penal con graves consecuencias para el cazador.

P. Hay expertos, como Carlos Sánchez, que sostienen que el mundo rural está siendo objeto de una campaña de criminalización por parte del lobby animalista por su oposición al proyecto de Ley de Bienestar Animal presentado por el Gobierno. ¿Compartes esa sensación?

R. De hecho, no es una sensación, sino una realidad. En las últimas semanas hemos visto a grupos políticos afines al animalismo, a famosos y hasta a medios de comunicación replicar y dar difusión a las campañas de odio contra los cazadores lanzadas por grupos animalistas. Y lo peor es que lo han hecho sin siquiera leerse el proyecto de Ley de Bienestar Animal o contrastar nuestra postura al respecto.

P. La ley animalista ha sido redactada desde un punto de vista ideológico, sin contar con los científicos, ni con el mundo rural, ni con el sector de las mascotas. En su tramitación, el plazo de enmiendas se ha cerrado antes de escuchar las comparecencias de los expertos en el Congreso de los Diputados. Aún así, el texto sigue adelante. ¿Por qué cree que le importa tan poco a este Gobierno el mundo rural?

R. Hablemos claro: en el actual Gobierno Central hay una parte, la que se ha ocupado de impulsar con más fuerza e interés esta ley animalista, a la que le importa muy poco el mundo rural porque proviene del entorno urbano. Hay otra parte del Gobierno que tradicionalmente sí ha apoyado al mundo rural, pero que en esta legislatura no se ha preocupado de atenderlo, de tomarlo en cuenta y de escuchar su voz, a pesar de que se oyó fuerte, unida y meridianamente clara el 20 de marzo.

Una cosa es evidente: Gobernar de espaldas al mundo rural pasará factura al partido político que lo haga, sean cuales sean sus siglas.

P. Usted se ha reunido en diferentes ocasiones con el PSOE de Andalucía. ¿Qué disposición ha encontrado por su parte?

R. Nuestra interlocución con el PSOE Andaluz siempre ha sido excelente y su disposición siempre ha sido la de crear un punto de encuentro en torno a un problema que nos afecta tanto a nosotros como a ellos. Lamentablemente, este buen clima de trabajo, no se ha traducido en ningún avance o mejora de la situación en todos estos meses.

video agradecimiento cazadores presencia 20M
José María Mancheño, presidente de la FAC, en el centro de la pancarta de la cabecera del 20M. © Israel Hernández

P. Hablemos del 20 de marzo. Ese día Madrid vivió la mayor manifestación del mundo rural de la historia. Un éxito del que las federaciones de caza son las principales responsables. ¿Qué lectura hace cuando han pasado más de seis meses de su celebración? ¿Ha servido para alcanzar algún objetivo?

R. Como bien dice, el 20 marzo ya es Historia (con mayúscula) de la caza y del mundo rural. Los acontecimientos históricos, algo tan grande como fue el 20 de marzo, no puede juzgarse con la perspectiva de seis meses. Sólo con tiempo, contexto y análisis podremos valorar lo que se consiguió o lo que significó el 20-M.

A nivel de calle, del cazador de a pie, sí hay algo muy evidente: fue una demostración de unión, de fuerza y de representatividad. Hoy los cazadores son más conscientes de lo que significan como colectivo y de lo que están dispuestos a hacer para defender su modo de vida.

«Esperamos que la situación generada por la ley animalista y la reforma del Código Penal se haya solucionado antes de las elecciones de mayo»

P. En unos meses tendremos las elecciones municipales, donde el PSOE sigue conservando miles de ayuntamientos por todo el país. ¿Cree que la ley animalista y la reforma del Código Penal planteadas a espaldas del mundo rural le pasarán factura?

R. Las elecciones municipales son en mayo de 2023. Realmente lo que nosotros esperamos es que antes de esa fecha la situación generada con la caza y el mundo rural por la ley animalista y la reforma del Código Penal se haya solucionado.

Una federación de caza no está para hacer pronósticos sobre resultados electorales, ni para interpretarlos. Lo que sí podemos decir es que, por ejemplo, en Andalucía contamos con 1.400 sociedades de cazadores, prácticamente una media de dos por cada municipio andaluz, y muchas de ellas representan el colectivo más numeroso de sus municipios.

P. En caso de seguir adelante los ataques anticaza, son muchas las voces que piden una nueva gran manifestación a pocas semanas de las elecciones generales, como sucedió en 2008. ¿Desde la federación están contemplando una acción así?

R. Desde la Federación Andaluza de Caza siempre contemplamos todos los escenarios y acciones posibles. Ésta, precisamente, no es una federación a la que nadie pueda reprochar que no ha luchado en la calle por los derechos de los cazadores y los silvestristas siempre que ha sido necesario o que el colectivo lo ha demandado.

Ahora bien, para una gran manifestación es necesario el compromiso, el trabajo y la implicación de todas las federaciones autonómicas, la coordinación de la RFEC y la participación de otros muchos colectivos e instituciones. Nosotros, como siempre, estaremos donde digan nuestras bases que debemos estar.

P. Usted se ha sentado con todos los partidos políticos de Andalucía y ha arrancado el compromiso de sus líderes con una hoja de ruta que defienda y fomente la actividad cinegética en su comunidad. ¿Por qué ese modelo no se ha replicado a escala nacional?

R. Lo desconozco. El modelo de la Federación Andaluza de Caza es un modelo muy fácil de replicar: sólo se basa en el trabajo diario, el inconformismo, la objetividad política y en la defensa de la caza social como principio fundamental.

Cualquiera que sienta y viva la federación como lo hacemos en Andalucía podría replicar, e incluso mejorar, este modelo si lo considera oportuno.

P. Aunque las leyes animalistas copan la actualidad cinegética desde hace meses, hay otras amenazas que siguen planeando sobre el sector. ¿Cuáles diría usted que son los otros retos a los que tener que hacer frente el colectivo?

R. Hay dos retos prioritarios y relacionados entre si que enunciaré brevemente: por un lado, frenar la pérdida de biodiversidad y el declive de la caza menor y, por el otro y estrechamente ligado a éste, asegurar el relevo generacional.

«Quien no quiera prestar atención a lo que ocurrió el 20 de marzo, lo acabará pagando caro»

P. Hace años, en una entrevista en este mismo medio, usted aseguró que Podemos desaparecería de Andalucía después de proponer prohibir la caza con perros. Su pronóstico se cumplió. ¿Cómo cree que le afectará a la coalición de Gobierno el rosario de medidas adoptadas en contra de la caza y del mundo rural a lo largo de su legislatura?

R. De manera similar a lo que ocurrió en Andalucía si en los próximos meses no se soluciona la situación creada con la Ley Animalista y la reforma del Código Penal. Sinceramente, el espíritu del 20 de marzo en las calles de Madrid sigue muy presente en el colectivo. Quien no quiera prestar atención a lo que ocurrió ese día, lo acabará pagando caro.

P. Por último, ustedes, desde la FAC, han sido pioneros en llevar la caza a la política a través de la campaña #LaCazaTambienVota. ¿Qué es lo que han aprendido a lo largo de estos años?

R. Hemos aprendido una cosa y hemos confirmado otras dos que ya sabíamos.

El cazador aborrecía la Política y entendía que era algo de lo que debía mantenerse alejado. Hemos aprendido a poner la caza en el debate político y social de una manera natural, sin complejos y con la fuerza social un colectivo inmenso que sólo pide respeto y comprensión.

Las dos cosas que hemos confirmado, y que ya sabíamos, son: que la caza es transversal, y que todo esto debe hacerse desde la objetividad, y que la gente para la que trabajamos, y que impulsa todo este tipo de campañas, es la mejor.

P. ¿Está satisfecho con lo que han logrado?

R. Nunca es suficiente. Todo es mejorable y siempre se puede conseguir más. La autoexigencia es uno de los rasgos que mejor definen a esta Federación Andaluza de Caza: valoramos mucho el trabajo de nuestra gente y el esfuerzo realizado durante el camino, pero siempre queremos más.