El joven salmantino Andrés Agudo García se encontró, en la tarde de este jueves 1 de octubre, con una preocupante: un jabalí muerto en una zona cercana a la localidad de Cerralbo. El animal no presentaba ningún disparo ni traumatismo. Tampoco había sido comido por ningún carroñero, pero tenía la lengua azul.
El joven se ha puesto en contacto con Jara y Sedal y nos ha enviado las fotografías de tan misteriosa escena narrando lo sucedido: «Fue mi padre el que se dio cuenta cuando íbamos por una carretera cercana. Al acercarme a él vi que estaba más hinchado de lo normal, más hinchado de lo que suelen estar los animales cuando están muertos», comienza relatando.
Lo primero que pensó Andrés fue examinar su trofeo, pero se llevó una desagradable sorpresa cuando trató de abrir la boca: «Éstos estaban como pochos, y cuando le di con un palo, se le cayeron por completo. Una escena rarísima», relata Agudo sobre la dantesca imagen.
«Ni los buitres ni los zorros habían acudido a comérselo»
Otra cosa que le sorprendió es que «ni los buitres ni los zorros habían acudido a comérselo». Pero, sin duda, lo más impactante para él fue la lengua azul que el joven pudo comprobar que tenía. El joven enviará durante esta tarde las fotografías al Departamento de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León para que tenga constancia de lo sucedido. «Lo que tengo claro es que no ha muerto de un accidente con un coche, porque no tenía ningún golpe. Todo parece indicar que ha sido por alguna enfermedad», explica el joven.
¿Lengua cianótica?
Nicolás Urbani, veterinario y miembro del equipo de la Real Federación Española de Caza, comenta a Jara y Sedal que la lengua azul podría ser parte del proceso de descomposición en el que ya se encontraba el cuerpo del jabalí: «La lengua cianótica podría ser por causas como la descomposición. Pero es muy importante que en casos como este los cazadores avisemos a los servicios de medio ambiente y puedan examinarlo y determinar las causas de su muerte».
Caza un extraño corzo con la cuerna doblada y la lengua negra
El jovencísimo cazador madrileño Juan Roque Martín, de 18 años, abatió el pasado sábado 6 de junio, en el coto social de la localidad madrileña de Robregordo, un extrañísimo corzo que tenía una extraña cuerna doblada y que, además, tenía la lengua completamente negra.
El paradigmático cérvido lo abatió sobre las 21:00 horas de la noche después de todo un día de rececho, ya que era la única jornada en la que esta sociedad madrileña de 18 cazadores –que sólo permite el acceso si eres del pueblo o hijo del pueblo- permitía a Juan Roque cazar corzos en toda la primavera. Te lo ampliamos en este enlace.