El Gobierno de Cantabria autorizó la pasada semana la caza de diez lobos en tres zonas de la región debido a la «importancia y recurrencia» de sus ataques al ganado y los daños causados, dentro del plan de gestión de esta especie. Ahora, la organización WWF ha denunciado estas órdenes ante la Fiscalía General de Medio Ambiente.

La organización ecologista pretende que se «investigue el incumplimiento de la normativa vigente y un posible delito contra la fauna y para que recabe toda la información sobre todas las personas que van a tomar parte directa o indirectamente en la muerte de estos diez lobos», ha expuesto en un comunicado. Recordamos que del abatimiento de los ejemplares autorizados se encargarán funcionarios de la Consejería.

Últimos ataque del lobo en la región

Este control poblacional se llevará a cabo en los municipios de Polaciones, Tudanca, su entorno y zona limítrofe con la mancomunidad -dos lobos-; en la Hermandad de Campoo de Suso -cuatro-; y en Ruente, Cabuérniga, Los Tojos y la mancomunidad de Campoo-Cabuérniga, otros cuatro ejemplares más.

Aunque WWF argumenta que «los datos publicados recientemente por el Principado de Asturias demuestran que no existe relación entre matar lobos y el número de daños», desde el pasado mes de septiembre -cuando el lobo entró en el LESPEy hasta abril, en el área de Polaciones y Tudanca se han contabilizado 42 ataques a 18 explotaciones, que se han saldado con 44 animales muertos; en la de Cabuérniga, Ruente y Los Tojos 46 ganaderías han perdido 79 cabezas de ganado a causa del cánido; y en la Hermandad de Campoo de Suso se han registrado 102 ataques del lobo en 44 explotaciones que han acabado con 108 ejemplares.

Para Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España, «el lobo se ha convertido en un rehén político y la decisión unilateral de matar lobos de manera ilegal es un desafío por parte del Gobierno de Miguel Ángel Revilla al Gobierno central y a toda la sociedad que apoya masivamente la protección de la especie». Y concluye: «Cantabria debe dejar de matar lobos y adaptarse a la legalidad y a los criterios de la Comisión Europea y ponerse de una vez por todas a trabajar en serio».

500 ataques solo en ‘temporada baja’

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y ganaderos de Cantabria, Alberto Pérez Quintialo, ya advirtió a primeros de mayo en declaraciones recogidas por la agencia EFE que «los daños se multiplican y las lobadas cada día son mayores» y que «los ganaderos no pueden mantener a los animales en casa por miedo al lobo, son unos costes económicos tremendos».

Según añadió entonces el secretario general de UGAM-COAG, Gaspar Anabitarte, de no establecerse un control sobre la especie «va a haber una explosión» en el número de ataques. «En un año normal hay 700 ataques y este año ha habido 500 solo en la temporada baja», ha señalado.