La Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura, en colaboración con la Real Federación Española de Caza (RFEC), han elaborado un estudio sobre la mujer cazadora en España.

El trabajo fue presentado el pasado miércoles en la jornada ‘Mujer y Caza’, que tuvo lugar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid, y que, además de la presentación del estudio, acogió dos mesas de debate en las que mujeres cazadoras con distintos perfiles profesionales y sociales compartieron experiencias y opiniones sobre la actividad cinegética.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer recogemos algunas de las conclusiones del interesante trabajo que revela una vez más el imparable aumento de la participación de la mujer en la actividad cinegética.

Unas 10.500 mujeres cazadoras

Aunque la caza sigue siendo una actividad practicada mayoritariamente por hombres, la presencia de la mujer va adquiriendo una mayor relevancia en el sector cinegético. En España se calcula que del total de personas que cazan (alrededor de 700.000) el 1,5% son mujeres.

La mitad, federadas

En el año 2021 un total de 4.047 mujeres tenían licencia federativa de caza. Durante los últimos diez años, el número de cazadoras federadas se ha cuadriplicado, y se espera que la tendencia siga en ascenso en los próximos años.

Con menos de 40 años…

Se constatan diferencias en los grupos etarios que integran los hombres y mujeres que cazan. En este sentido, se advierte que el 80% de las mujeres no superan los 40 años, mientras que en el caso de los hombres el 54% tiene más de 40 años.

Y con estudios universitarios

El nivel formativo de los cazadores (ambos sexos) registra altos porcentajes de hombres (44,5%) y mujeres (48,8%) con estudios universitarios.

Profesionales y estudiantes

Lorena Martínez, presidenta de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana.

Los cazadores tienen un perfil muy diverso desde el punto de vista profesional. No obstante, hay que advertir que se manifiestan diferenciasen función del género, como resultado de diferentes factores como la diversa composición de los grupos etarios por sexo. Por esta razón, en el caso de las mujeres cazadoras se detecta que el 21% son estudiantes, frente a un 5,5% de hombres.

Con ingresos variados

El nivel de ingresos en la unidad familiar de los cazadores (hombres y mujeres) muestra una gran diversidad. Sin embargo, en el caso de los ingresos declarados por hombres sobresalen los intervalos comprendidos entre1.000 y 1.500 euros (24,1%) y más de 3.000 euros (25,6%), mientras que entre lasmujeres destacan los intervalos de entre 1.000 y 1.500  euros (29,6%) y menos de 1.000 euros.

Apuesta segura por el relevo

Tanto los cazadores como las cazadoras están de acuerdo con que la incorporación de la mujer a la caza será determinante para el futuro de la actividad, contribuyendo a incrementar el relevo generacional. El porcentaje de hijas cazadoras es sensiblemente superior cuando la madre es cazadora (27,6%,frente a un 15,5% en el caso de los hombres). Por otro lado, las respuestas de la encuesta evidencian que la mitad de los encuestados se muestran favorables a transmitir a todos sus hijos, independientemente de su sexo, la afición venatoria.

De rifle y de escopeta

Las mujeres y hombres que cazan disponen, indistintamente, de escopeta y rifle, si bien el número de tenencia de armas es superior en el caso de los hombres.

Fotos y trofeos

Para el 80% de las mujeres cazadoras las fotografías de sus jornadas en compañía de sus amistados son importantes, muy importantes o lo más importante. Un 68% valora los trofeos de caza mayor, un porcentaje superior al reconocido por los hombres(48%).

Monterías y caza en mano

En cuanto a especies de caza mayor, las cazadoras muestran preferencia por la montería como modalidad de caza (73,4%), quedando en un segundo término la espera o aguardo, batida y rececho. Los cazadores, por su parte, también se decantan por la montería como modalidad de caza preferida, aunque con un porcentaje inferior respecto al de las mujeres (57%). Los hombres también señalan su interés por otras modalidades con porcentajes superiores al 50% como la batida y el aguardo o espera. En cuanto a especies de caza menor, tanto hombres (89,3%), como mujeres (73,2%), eligen la caza en mano o al salto. El resto de modalidades quedan muy alejadas de estos porcentajes.

Caza con perros

El uso de perros cazadores es muy elevado tanto entre los hombres como en las mujeres, con porcentajes superiores al 80%, siendo lo habitual que utilicen para la práctica cinegética 1 o 2 perros. En cuanto a los cuidados de los perros se patentiza que la opción más habitual (alrededor del 40%) es el cuidado personal en el propio domicilio del cazador, ya sea hombre o mujer. En segundo lugar, alcanzan porcentajes sustanciales los cuidados del perro en el campo (20,1% en el caso de hombres y 25,6% en el de mujeres).

Carnívoras

La frecuencia del consumo de carnes de caza es habitual en un 24,3%de hombres y un 33,8% de mujeres, al aseverar que se produce, al menos, una vez a la semana. En el resto de los casos la frecuencia se reduce a una vez al mes (41,8% en hombres y 35,3% en mujeres) y, finalmente, alrededor de un 30% lo hace de forma esporádica.

Jabalí y perdiz

El jabalí (55,3% hombres y66,7% mujeres), ciervo (41,0% hombres y 55,3% mujeres) y corzo(40,2% hombres y 52,9% mujeres), por este orden, se sitúan a la cabeza de las especies de mayor mejor valoradas por hombres y mujeres, en cuanto a preferencias (puntuación 5). En dicho sentido, no cabe duda de que se trata de las especies más extendidas a nivel geográfico. En cuanto a las de caza menor la perdiz se erige como la mejor valorada desde el punto de vista del interés con un 67,1% en hombres y un 63,1% en mujeres. Otras especies que consideran atractivas los hombres y mujeres que cazan, con escasas diferencias porcentuales entre ellos, son el zorro, conejo, liebre, paloma, zorzal, y codorniz. En estos casos, los rangos porcentuales se mueven entre el 30 y el 50% (puntuación 5). En sentido contrario, las especies que despiertan un menor interés (puntuación 1)son la avefría, urraca, estornino y acuáticas.

50 días al año cazando

El número de días dedicados a la caza por temporada es bastante elevado. Si se tienen en cuenta los cinco intervalos señalados en la encuesta, el guarismo más elevado en los hombres se asocia con más de50 días (28,3%), al igual que en el caso de las mujeres con un 25,6%.Además, hay que tener en cuenta que a más del 90% del conjunto de cazadores les gustaría dedicar más tiempo a la caza. En cuanto a los motivos que limitan dedicar más días a la caza están, en primer lugar, la falta de tiempo y, en segundo lugar, la falta de recursos económicos.

Mejor en pareja

Las personas de las que se acompañan los cazadores tienen una afinidad a nivel de amistad (30,76% en hombres y 20,92% en mujeres), familiar(23,47% en hombres y 28,19% en mujeres) o cuadrilla habitual (22,38%en hombres y 15,43% en mujeres). Dos aspectos de cierta singularidad se registran en el caso de la caza en solitario, más practicada por los hombres (17,35% frente a 7,57% en mujeres) y con la pareja, más practicada por mujeres (27,89% frente a un 6,04% en hombres).Algo más del 50%de las parejas de las mujeres cazadoras comparte plenamente las jornadas cinegéticas con sus parejas.

Razones para salir de caza

Hombres y mujeres coinciden en las motivaciones para practicar la caza. En una escala de 1 a 5, un 90% de hombres y mujeres otorgan una calificación de 4 o 5 al disfrute de la naturaleza. Otras razones valoradas con puntuaciones elevadas son compartir momentos con su perro o el día con amigos, disfrutar de una comida en el campo y disfrutar un lance. Los aspectos relacionados con conseguir una buena percha o un buen trofeo son menos valorados.

Mejor, montaña

La opción de no sabe/no contesta obtiene porcentajes elevados, motivo por el que se puede deducir que no existe un claro conocimiento a la horade diferenciar los hábitats. No obstante, se detecta cierta preferencia

por el monte bajo, se puede deducir que quizá no exista bosque mediterráneo y áreas agrícolas, especialmente entre los hombres. En el caso de las mujeres se obtienen porcentajes superiores en las puntuaciones más elevadas cuando se refieren a los hábitats de alta montaña. En cuanto a los tipos de coto en los que practican la caza, no existen diferencias entre sexos, siendo las respuestas recogidas muy afines entre ambos. No obstante, se puede reseñar la importancia que tienen los sociales o locales, y los cotos privados, en comparación con los cotos intensivos y de otro tipo.

La afición favorita

En un rango de puntuación de 1 a 10, no suscita ninguna duda que los hombres y mujeres que cazan le dan a la caza una consideración muy alta como actividad ociosa que practican en su tiempo libre. Si se suman las puntuaciones que se encuentran en el abanico de entre 8 y 10se alcanzan porcentajes del 94,7% en los hombres y del 91,3% en las mujeres. Asimismo, se confirma el interés por la observación de animales y plantas silvestres (porcentaje superior en mujeres), ver huellas, señales y rastros (porcentaje superior en mujeres) y hacer fotos de naturaleza (porcentaje superior en mujeres).

Un fenómeno emergente

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Una aficionada a la caza durante una batida. © Israel Hernández

Las cazadoras, a través de los medios de comunicación y especialmente las redes sociales, han ayudado a difundir la incorporación de la mujer a la caza y proyectar a toda la sociedad la contribución ambiental, económica y cultural de la caza. La afición se transmite a los cazadores de la mano de familiares ascendentes masculinos, principalmente, siendo el padre el referente, tanto en hombres como en mujeres, seguido de otros familiares como tíos o primos.

Dos aspectos dignos de ser reseñados son que en el caso de los hombres los amigos son los que contribuyen a iniciarlos en la caza en un 14,41% (8,46% en las mujeres) y que en las mujeres la pareja fue la iniciadora de la afición en un 16,62% (0,53% en el caso de los hombres). Por otro lado, más del 75% de las cazadoras acumulan una experiencia inferior a 21 años, de las que el 25% solo tienen una experiencia inferior a 5 años. Este dato demuestra la reciente incorporación de un grueso de mujeres a la práctica de la caza. En el caso de los hombres la situación es diferente, ya que el 62% delos hombres atesora más de 20 años de  experiencia –sólo el 5,8% declara contar con menos de cinco años de experiencia–.

Otro aspecto tenido en cuenta en esta pregunta se refería a la edad de iniciación en la caza. Por una parte, el 83,8% de los hombres reveló quela primera vez que acompañó a un cazador tenía menos de 14 años, porcentaje que es superior al declarado por las mujeres (65,5%). En relación con la edad del primer lance, se aprecia similitud con el dato anterior. En este sentido, el 82,4% de los hombres vivió su primer lance antes de los 18 años, usando para ello, en un 87,1% la escopeta. Por su parte, las mujeres vivieron en un 58,54% su primer lance con menos de18 años, utilizando la escopeta en un 59,1%, y el rifle en un 26,5%.

Ideas preconcebidas

Los participantes en la encuesta valoraron, de 1 a 5, diez afirmaciones sobre la presencia de la mujer en la caza.

1 «El papel de la mujer es muy bajo y debería potenciarse»

Casi el 50% de hombres y mujeres coinciden en estar plenamente de acuerdo (calificación de 5) con esta afirmación. Si a este porcentaje se suma el porcentaje de los que están de acuerdo (4) los porcentajes superan el 60% en opinión de las mujeres y del 70% en opinión de los hombres.

2 «La caza es una actividad fuertemente masculinizada»

Las respuestas no se concentran en una valoración concreta, ya que las cinco escalas (1 a 5) registran porcentajes que no difieren en exceso. Los porcentajes de los que piensan que es una actividad poco masculinizada (1) superan, tanto en la opinión de hombres como mujeres, a los que opinan que sí es una actividad fuertemente masculinizada (5).

3 «La mujer se encuentra discriminada en el mundo de la caza»

A tenor de las respuestas, tanto hombres como mujeres, aunque en porcentajes más contundentes en el caso de los hombres, piensan que no se puede hablar de una discriminación de la mujer en el sector cinegético.

No obstante, hay un 11,5% de hombres y un 22% de mujeres que opinan lo contrario al otorgarle una puntuación a esta afirmación de 4 o 5 puntos.

4 «El sector de la caza no promueve actividades para que crezca el porcentaje de mujeres cazadoras»

Los encuestados valoraron con puntuaciones bajas estaafirmación, lo que denota que tanto entre hombres como entre mujeres sepiensa que se está haciendo un esfuerzo por promover este tipo deactividades.

5 «Las empresas de caza no ven en la mujer un potencial cliente»

Sólo el 10,8% de hombres y el 17,8% de mujeres están de acuerdo con esta afirmación (5). El 30,1% de los hombres y el 25,9% de mujeres están en el polo opuesto (1).

6 «Se suele pensar que la caza es una actividad masculina»

Parece existir una tendencia a valorar esta afirmación como una realidad. Más del 47% de los hombres y el 61% de las mujeres la calificaron con 4 y 5.

7 «El futuro de la caza pasa por la integración de la mujer»

La tendencia de las respuestas se agrupa en opinar que así es. Por esta razón, el 57,6% de los hombres y el 62,2% de las mujeres marcaron las calificaciones de 4 y 5. En sentido contrario, el 19,6% de hombres y el 18% de mujeres señalaron las puntaciones de 1 y 2.

8 «En las jornadas de caza la mujer tiene un rol poco visible y activo»

Hay un mayoritario desacuerdo con esta afirmación, por lo que se valora en mayor medida que la mujer sí juega un papel visible y activo en las jornadas de caza, al alcanzar la suma de las opiniones de los hombres y mujeres que calificaron esta afirmación con 1 y 2 (desacuerdo) por encima del 44%, mientras que las calificaciones que mostraban un acuerdo con dicha afirmación (notas de 4 y 5) rondaron el 25%, tanto en hombres como en mujeres.

9 «Las redes sociales están contribuyendo a que el papel de la mujer en la caza sea más visible»

Las respuestas no admiten discusión en este sentido. Hay un elevado acuerdo en que las redes sociales contribuyen a dar visibilidad al papel de la mujer en la caza. La suma de las puntuaciones de 4 y 5 alcanzan el 73,9% en los hombres y casi el 80% en las mujeres.

10 «La imagen de la caza mejoraría si hubiese más mujeres cazadoras»

Al igual que en el caso anterior también hay un gran acuerdo con esta afirmación entre hombres y mujeres tal y como demuestran los porcentajes alcanzados por las notas de 4 y 5: 65,3% entre los hombres y 56,1% entre las mujeres.

Créditos

Los autores de este artículo son los doctores Ignacio Rengifo (investigador principal), Luz María Martín Delgado, Sebastián Hidalgo de Trucios, Javier Pérez Martín, José Manuel Sánchez Martín y Carlos Sánchez García-Abad.