La Guardia Civil detuvo, hace unas semanas, a dos personas en la provincia de Ciudad Real por un presunto delito de tenencia ilícita de armas prohibidas y otro contra la fauna y la flora tras pillarlos con dos carabinas de aire comprimido modificadas para disparar cartuchos de escopeta. Además, en la operación ha investigado a otra más, acusada igualmente de un delito contra la fauna y la flora.

Según una nota de la Benemérita que recoge Europa Press, a raíz de diversas informaciones así como por la colaboración ciudadana, se tuvo conocimiento de que estas personas estaban furtiveando en el entorno de la sierra de Puerto Lápice y Herencia.

Las armas tenían acoplados en sus cañones una prolongación

El inicio de la operación ‘Portus Lapidis’ -como así lo ha llamado la Guardia Civil- comenzó cuando, en uno de los servicios, los agentes sorprendieron in fraganti a tres personas furtiveando, siéndoles intervenidas estas dos carabinas de aire comprimido transformadas en armas de fuego.

Estas armas, catalogadas como prohibidas, tenían acoplados en sus respectivos cañones una prolongación de éste donde era alojado el cartucho de bala. También se intervinieron cartuchos y balines.

Puestos a disposición judicial

Estas armas «representaban un grave peligro para la seguridad ciudadana, debido a su transformación a armas de fuego, con una lesividad similar a una escopeta de cañones recortados y sin estar sujetas a ningún tipo de control administrativo», recuerda la Benemérita.

Los detenidos, la investigada y las armas intervenidas se pusieron a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

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