La Guardia Civil destruyó el pasado año un total de 1.796 armas de fuego en Navarra. La mayoría son armas de caza dadas de baja por sus propietarios pero también están las incautadas por las distintas policías.

Hasta el pasado año se subastaban bajo supervisión de la Guardia Civil las armas dadas de baja o incautadas, pero el instituto armado decidió cancelar estas pujas y ahora todas son destruidas y no de cualquier modo. La eliminación de estas armas ya no se realiza pasándole una apisonadora por encima, sino que se llevan a una fundición y ahí se certifica su destrucción.

Según ha informado Diario de Navarra, solo en esta comunidad autónoma este proceso se lleva a cabo dos veces al año bajo un fuerte dispositivo de seguridad. Hasta entonces las armas permanecen a buen recaudo en dependencias de la Guardia Civil.

Todas las armas están fiscalizadas por este cuerpo desde su fabricación hasta su destrucción. Las ilegales suelen ser producto de robos o pérdidas de particulares y pueden acabar en el mercado negro, «pero no funciona como en las películas», afirma el teniente Francisco Colmenero, responsable de la Intervención, al citado medio. Las de caza, puntualiza, no suelen acabar involucradas en hechos delictivos.

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