Existe una gran cantidad de métodos que parte de la sociedad ponen en práctica para tratar de controlar la lluvia, bien para hacer que aparezca o para todo lo contrario. Para ver un ejemplo claro de esto, las redes sociales nos han hecho llegar un vídeo en el que un hombre muestra su peculiar forma de tratar de ejercer algún tipo de influencia sobre las precipitaciones.
El protagonista de esta escena a la que estamos haciendo mención es Andrés Bonilla, un conocido tiktoker cuya actividad en esta plataforma suele habituar contenidos con un toque cómico. Así ha sido también esta vez con una publicación que ha colgado en su perfil de TikTok (@andriulaujar), en el que cuenta con cerca de 22.000 seguidores.
Su peculiar método para frenar la lluvia
Entre todos ellos y muchos más usuarios de esta red social ha provocado carcajadas gracias a un nuevo vídeo que ha decidido llevar a cabo. «Desde Almería queremos hacer un llamamiento al ‘tío de la avioneta’, por favor», ha comenzado pidiendo Andrés.
Un hombre muestra las instrucciones de reciclaje difundidas por un pueblo donde solo hay un tipo de contenedor
«Empieza a trabajar ya. Sabemos que está de huelga por el sueldo, porque estaba trabajando mucho aquí en la zona de Almería y Murcia y le estaban pagando poco. Empieza a trabajar ya porque en Almería llevamos ya no sé cuántos días de lluvia que ya hemos perdido la cuenta», ha continuado explicando respecto a su irónica petición.
Asimismo, Andrés ha seguido afirmando que van a «reventar por comer migas» y que así no pueden seguir. «Así que, por favor, un llamamiento al ‘tío de la avioneta’, que empiece a trabajar, que si no vamos a reventar aquí en Almería. Acuérdate», ha terminado insistiendo.
Unas irónicas imágenes sobre una popular creencia
En los últimos años, ha cobrado fuerza la creencia de que misteriosas avionetas surcan los cielos para disipar las nubes y evitar la lluvia, privando a las regiones agrícolas del agua tan necesaria. Esta idea, aunque sin pruebas científicas sólidas, ha calado hondo en muchas comunidades rurales, donde los agricultores aseguran que, tras la aparición de estas aeronaves, las precipitaciones disminuyen o incluso desaparecen por completo.
Este mito tiene raíces en la teoría de los «chemtrails», surgida en los años 90, que sostiene que los gobiernos liberan sustancias químicas desde aviones comerciales para manipular a la población o alterar el clima. A pesar de la falta de evidencia, muchas personas siguen convencidas de que estos rastros en el cielo son indicios de una conspiración global.
Sin embargo, existe una práctica real llamada siembra de nubes, que utiliza compuestos como el yoduro de plata para inducir la lluvia, no para evitarla. Esta técnica se aplica para aumentar las precipitaciones o reducir el tamaño del granizo, protegiendo cultivos y poblaciones. Países como China, Rusia y España han empleado esta tecnología en momentos clave, como los Juegos Olímpicos de Pekín o para prevenir la lluvia radiactiva tras el desastre de Chernóbil.
El desafío radica en discernir entre la ciencia y la especulación. Aunque la siembra de nubes es imperfecta y su eficacia limitada, no hay evidencia de que se utilice para eliminar la lluvia. Es crucial seguir investigando y educar sobre estos fenómenos para evitar que el desconocimiento alimente el miedo y la desinformación en torno a nuestras nubes y cielos.