Lo cierto es que la obesidad, desde hace ya algunas décadas, se ha venido convirtiendo en uno de los problemas de salud pública más graves de buena parte del mundo. Ahora, un nuevo descubrimiento ha sacado a la luz que esta puede ser también provocada por un virus que podría ser contagiado de perros a humanos.
De la obesidad debemos destacar que, a día de hoy y a excepción de ciertas zonas de África subsahariana y Asia, alrededor de todo el planeta hay más personas obesas que con bajo peso. Es por ello que este problema de salud también causa un mayor número de muertes.
Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en este sentido, indican que, en el año 2016, más de 1.900 millones de adultos de más de 18 años sufrían sobrepeso y que más de 650 millones de ellos eran obesos. Asimismo, su Informe regional europeo sobre la obesidad, correspondiente a 2022, asegura que el sobrepeso y la obesidad ya afectan a cerca del 60% de los adultos y, además, a uno de cada tres niños.
Un virus que causa obesidad
Ahora, un nuevo hallazgo ha demostrado que algunos de esos casos de obesidad estarían provocados por el adenovirus humano 36 (HAdV-D36). Se trata de un patógenos reconocido desde la década de 1980 que, pese a las muchas investigaciones sobre su biología y patogénesis, sigue aún sin explorarse.
En este sentido, un estudio realizado en Polonia se ha llevado a cabo con el fin de evaluar el potencial de los perros como huéspedes de este virus y examinar sus efectos sobre parámetros sanguíneos específicos, puesto que se han detectado en algunas especies animales.
Según han explicado, este virus induce obesidad a través de la activación simultánea de varios procesos fisiológicos, entre los que se incluye la promoción de la diferenciación de preadipocitos en adipocitos, mayor captación de glucosa, colesterol y triglicéridos del torrente sanguíneo y la posterior acumulación de estas sustancias en las células musculares y grasas.
De igual modo, también se ha asociado a una reducción de los niveles de leptina y noradrenalina. «En el presente estudio se examinaron las correlaciones de los niveles de anticuerpos anti-HAdV-D36 y los niveles séricos de leptina, colesterol y triglicéridos en los perros estudiados», han indicado.
Análisis de sangre en perros
La investigación realizó un análisis de la sangre de los animales a través de técnicas serológicas para, así, determinar la presencia de anticuerpos. También examinaros parámetros bioquímicos como leptina, colesterol y triglicéridos.
En lo que respecta a la presencia del virus, 38 de esos análisis fueron negativos, mientras que 80 perros mostraron títulos de anticuerpos elevados. Las mediciones de concentraciones de colesterol y triglicéridos en 84 muestras de suero de perros mostraron que los títulos de anticuerpos HAdV-D36 ausentes o negativos están asociados con niveles más altos de triglicéridos.
«Observamos una correlación débil entre el título de anticuerpos HAdV-D36 y la concentración de colesterol en los sueros analizado», han matizado los investigadores. «Según nuestro conocimiento, no se han realizado estudios sobre la prevalencia de la infección por HAdV-D36 entre las mascotas» y, por ello, «podemos suponer que el presente estudio identifica a los perros como huéspedes de HAdV-D36 por primera vez, lo que puede ser importante para la salud tanto de esta especie animal como de los humanos, ya que aún no se ha investigado su potencial zoonótico», han asegurado.
Con todo lo estudiado en la investigación, los expertos han afirmado que «no se puede descartar la transmisión en la población canina, así como entre perros y humanos». «Hemos analizado el papel de los perros como posibles huéspedes del adenovirus humano 36 y sus implicaciones en la obesidad de estos animales», han explicado.
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En dicho contexto, las pruebas de detección de anticuerpos anti-AdV-D36 han confirmado la capacidad del virus para infectar a los perros. Respecto al análisis de marcadores como la leptina, los triglicéridos y el colesterol, exponen que mostró una correlación positiva entre los niveles de anticuerpos y las concentraciones de triglicéridos, «lo que es parcialmente coherente con los informes de la literatura anterior».
Tras todos estos descubrimientos, han concluido que «los resultados del presente estudio, basado en muestras de suero de 118 perros, revelaron una seroprevalencia de HAdV-D36 del 67,7 %, lo que representa una tasa de infección significativamente mayor en comparación con la observada hasta la fecha en humanos. La investigación presentada en este artículo arroja nueva luz sobre la biología y la gama de huéspedes del adenovirus humano 36 y plantea la cuestión de su potencial zoonótico».