La serviola es uno de los grandes tesoros que buscan cientos de pescadores de nuestro país. Se trata de un pez cuyos machos pueden llegar alcanzar los 150 centímetros de longitud y 40 kilos de peso, como el pez protagonista de la historia que narramos a continuación.
El pescador mallorquín Carlos Ferrer logró pescar al gran ejemplar de serviola en aguas de esta comunidad autónoma junto a su hijo Adrián Ferrer, de 15 años de edad. Concretamente en las cercanías de la localidad de Alcudia.
Iban a pescar dentones cuando les sorprendió esta serviola
Aquel día, padre e hijo salieron con la barca de un compañero al mar y comenzaron a pescar al curri con calamar vivo. Armados con su caña Kalisub de 20 libras, su carrete Accurate Boss y su línea Fluorine de 0’70 milímetros, se dispusieron a la pesca de dentones… cuando se toparon con la sorpresa que les ofreció esta serviola.
«Casi tira al mar a mi hijo»
La lucha, de unos cuarenta minutos, estuvo protagonizada por el hijo de Carlos, que auxiliado por su progenitor fue sacando poco a poco al pez del agua. «Cuando picó, cogió la caña mi hijo y casi lo tira al mar», declara sobre el momento de la picada este experimentado pescador, que hace unos años participó en el Mundial de surfcasting celebrado en Croacia, donde fue medalla de bronce, y en el campeonato de pesca en Embarcación Fondeada de España, donde consiguió un oro.
«Una serviola de este peso ya es increíble en esta zona. Alguna sí se coge, pero no es lo habitual, ya que las más grandes que conocemos son de 25 o 30 kilos a lo sumo», explica Ferrer. Además, detalla un reciente problema sufrido en la zona, en la que «se han cogido algunas serviolas como enfermas, feas, con la piel sin brillo…».
Por último, da las gracias a su compañero Juan porque «sin él, no hubiese sido posible capturar este ejemplar».
Pescan un atún tan grande que son incapaces de subirlo al barco
Imagínate la escena. Llevas toda la mañana junto a tus amigos pescando, o intentándolo, desde una embarcación en mar abierto. No pica nada y os desesperáis. Sin embargo, de repente algo cae en una de las cañas y empieza a tirar.
Se trata de una bestia, nadie puede hacerse con ella, minuto tras minuto transcurre una feroz pelea entre el hombre y el pez, ninguno de los dos cesa en su empeño. El pez trata de escapar y el hombre trata de llevar la captura a su terreno, hasta que, al fin, este último gana la contienda y logra acercar al animal al barco. Aquí te lo mostramos.