Cuando el cazador aragonés José María Floría madrugó en la mañana de 1 de mayo no pensaba que el esfuerzo iba a tener un fruto como el conseguido: un rarísimo corzo con dos cuernas que le nacían de una única y gran roseta abatido en la comarca de Cariñena, en la provincia de Zaragoza.

El animal posee, además, siete puntas, pero lo que más llama la atención es el espectacular rosetón desde donde nacen, todo un portento de trofeo que el cazador ha detallado a Jara y Sedal.

Así dio el cazador con el raro corzo

Más puntos de vista del raro corzo. @ J. M.

Con las primeras luces del día, José María entró por la parte alta del coto para ver unos linderos desde esa zona, y fue entonces cuando vio a una hembra: «Creía que estaba sola, pero segundos más tarde me percaté de que había un macho a tan sólo unos metros… y ¡menudo macho!», exclama Floría.

El corzo «iba comiendo por la orilla del campo pero tirando hacia la zona del monte, por ello tuve que dar la vuelta a una ladera para ver si me podía acercar a él», relata sobre unos instantes en los que no podía cometer ni un solo fallo.

Otra imagen del cazador con el peculiar corzo. @ J. M.

El momento culmen del lance y el equipo: un disparo a 200 metros. Tras la entrada, el cazador se tumbó en el suelo, juzgó al animal y decidió disparar de forma efectiva, cayendo el cérvido sobre su misma sombra. Durante el lance, el cazador tuvo que actuar muy rápido para evitar que el animal huyese, algo que consiguió hacer gracias a llevar un rifle perfectamente calibrado, nos cuenta.

Una cuerna de siete puntas ¡y una sola roseta! Además de tener siete puntas, lo más destacado es que las cuernas comparten roseta, algo inusual y raro en este tipo de animales. Este es el vídeo del trofeo grabado por el propio cazador.

YouTube video

Caza un corzo con más puntas que muchos venados de montería

El corzo y el cazador

El cazador aragonés Germán Lahuerta, natural de la localidad de Borja (Zaragoza), abatió la semana pasada un espectacular corzo con unas gruesas cuernas de 10 puntas y un trofeo con un peso de 650 gramos, todo un portento de cérvido cuyas imágenes ha enviado a la redacción de Jara y Sedal. Así nos lo contó.