La lacra del furtivismo no para. Este martes, 18 de mayo, se ha conocido que Diputación de Vizcaya y Ertzaintza ya investigan la aparición de un corzo decapitado en el entorno del Parque Natural del Monte Gorbea, entre las provincias de Ćlava y Vizcaya, y podrĆa haber, al menos, otros tres animales abatidos de forma ilegal.
El corzo, que se encuentra colgado boca abajo de uno de los carteles que da la bienvenida al espacio natural, se encuentra decapitado en una desagradable instantĆ”nea que ha condenado el sector cinegĆ©tico. Normalmente este tipo de prĆ”cticas las acostumbran a realizar los furtivos para, tras abatir la pieza ilegalmente, llevarse tan sólo el trofeo de Ć©sta rĆ”pidamente, evitando asĆ estar mĆ”s tiempo en el monte, algo que los podrĆa delatar y ser descubiertos por las autoridades.
Ā«Somos los mĆ”s interesados en que esto se aclare y se castigue cuanto antes al autor o autoresĀ», declara a Diario Vasco IƱaki Arana, presidente de la Sociedad Basurde de Zeanuri, una entidad que engloba a 88 cazadores que se dedican sobre todo a la gestión y caza de becadas en el entorno del macizo del Gorbea. Ā«Somos cazadores, no ‘escopeteros’Ā», aƱade el cazador denunciando el deleznable hecho acaecido.
Hace unos dĆas Pedro Ampuero, habitual colaborador de Jara y Sedal, publicaba un vĆdeo en el que mostraba otra indignante imagen en la que aparecĆa otro corzo abatido por presuntos furtivos al que le cortaron la cabeza.
Ā«Es el segundo corzo encontrado en una semana sin cabeza. P⦠asco. P⦠asco de genteĀ», denunciaba el cazador en la grabación. Ā«PeƱa que va por la carretera, dispara a un corzo que tiene apenas dos aƱos para cortarle la cabeza, que tenĆa cuatro puntas, y el tĆo se lleva la cabeza de trofeo para fardar en casa⦠eso no es ser ni cazador ni nadaĀ», lamentaba Ampuero.
Caza un corzo, no le coloca el precinto y lo pillan: ahora podrĆan multarle con hasta 5.000 euros

Una pareja de agentes medioambientales ha denunciado a un presunto furtivo por no haber colocado el preceptivo precinto a un corzo que habĆa abatido en el coto de caza de Orejana, situado entre Pedraza, Arcones y Valleruela de Pedraza, en la provincia de Segovia. En la temporada del corzo, los cazadores tienen la obligación de colocar al animal abatido un precinto numerado y Ćŗnico antes de moverlo. AsĆ ha ocurrido todo.