El cazador Daniel Mejías, natural de Gerona capital, abatió el pasado fin de semana en un coto de la provincia de Gerona del que es socio un viejo corzo con un espectacular trofeo de nueve puntas. Hoy, tanto Mejías como el cérvido son protagonistas en Jara y Sedal por la peculiaridad tanto del animal como del lance, ya que el cazador se hizo con el ‘duende’ tras acercarse a él a tan solo 50 metros de distancia.

Mejías explica a este medio que el lance acaeció «cerca de un río» por el que «aún no habían ido muchos cazadores». «En la zona de arriba había unos prados, pero vi que la zona era muy verde y el movimiento de los corzos en la parte de abajo, por eso fui a ese lugar; de pronto, vi una corza todo el rato con el cuello girado mirando hacia arriba. Me dio qué pensar sobre que ahí había otro animal… y efectivamente, ahí estaba el macho. Cunado lo observé bien, no me lo pensé dos veces y me fui andando por la ribera del río ganándole terreno», explica a este medio el cazador catalán.

«Cogí la orilla del río y fui subiendo poco a poco. Iba viendo por el borde del río la pieza y observándola hasta que me coloqué a unos 50 metros aproximadamente de ella», expone. «Me quedé sentado detrás de un arbusto hasta que dio la cara», describe sobre el desarrollo del lance.

El disparo al animal a 50 metros de distancia

El animal recién cobrado. © D. M.

Cuando ya se encontraba prácticamente a 50 metros de la pieza, el cazador preparó para el disparo su rifle Mauser M18 en calibre .308 Winchester cargado con munición Geko Express de 165 grains: «Me alteré mucho y el corazón comenzó a acelerarse al verlo tan cerca ya que nunca había visto un animal de ese tipo de frente, impacta bastante», reconoce. Tras serenarse, Mejías se armaba de paciencia para no errar en el disparo. Gracias a contener los nervios y a la cercanía del animal tras una entrada magistral, consiguió acertar en el codillo.

Al cobrar la pieza, la alegría fue «inmensa» por el trofeo de nueve puntas que poseía: «No se me olvidará jamás este rececho por ser en mi coto y por lo que suponía haberme hecho con un ejemplar de este porte», concluye el cazador.

El corzo contaba con una cuerna muy curiosa. © D. M.

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