Se conoce como corzo asesino a ese tipo de machos que carecen de puntas o ramificaciones y que su trofeo, en forma de vara actúa como un puñal en las peleas con otros corzos. Pues bien, esta historia tiene como protagonista a uno de estos killer.
Rosa Montañà, una joven cazadora catalana, ha protagonizado uno de los lances más singulares de la temporada corcera en Cataluña. Durante tres años siguió la pista a un macho que desde el principio llamó su atención por una peculiar formación en la cuerna. La primera vez que lo vio pensó que era joven y prefirió dejarlo crecer. Al año siguiente se dio cuenta de que era un corzo selectivo: sin luchaderas, muy peligroso para sus rivales en época de peleas en busca de nuevos territorios.
El animal logró burlar a Rosa durante varios recechos, pero este año, coincidiendo con el mismo día de la apertura de la veda del corzo, logró localizarlo de nuevo. Esta vez sí logró ponerse a distancia de tiro y cerrar el lance con efectividad. Para ello se ayudó de su rifle, un Sauer 101 Classic en calibre .30-06. «Lo vi en la primera salida. Estaba de frente a unos 275 metros», comenta la cazadora.
Un trofeo de corzo especial

«En esa posición veía que era gordo pero no podía identificar las puntas así que por un momento no sabía si era el corzo que buscaba. En cuanto se puso de perfil salí de dudas y apreté el gatillo. Al llegar a él me sorprendió su grosor. No era consciente de lo que cacé hasta que lo vi en el suelo. Nunca había visto un corzo asesino así».

Este enorme corzo ya es el récord de Cataluña con 215 puntos
El trofeo es espectacular: cuerna de 24 centímetros de longitud, gran grosor en rosetas y un perlado abundante. «Cuando esté seco el cráneo es posible que ronde los 460 gramos de peso», comenta Rosa.
