Un ganadero de Valladolid ha sido condenado a cuatro meses de prisión y al pago de una indemnización de 6.000 euros a la Junta de Castilla y León por un delito contra la fauna, después de que un lobo ibérico muriera tras quedar atrapado en un cepo que el acusado había colocado en el interior de su nave ganadera.
El incidente tuvo lugar a principios de noviembre de 2022 cuando el ganadero descubrió en su nave el cadáver de una de sus ovejas, devorada por un lobo, y constató que otra también había sido atacada. Como respuesta, decidió colocar dos cepos: uno en el exterior del vallado y otro dentro del recinto. En este último, un ejemplar joven de lobo ibérico macho quedó atrapado.
Tras la captura del animal, el acusado lo mantuvo en sus instalaciones y notificó el hecho a los veterinarios de Villalón de Campos, quienes a su vez informaron a los Agentes Medioambientales. Con la intervención del SEPRONA, el lobo fue trasladado el 8 de noviembre al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid.
Lesiones y sacrificio del lobo

Los técnicos veterinarios del CRAS determinaron que el lobo sufrió graves lesiones en su extremidad anterior derecha. Los exámenes revelaron un traumatismo muscular severo con inflamación aguda y signos de necrosis tisular. Pese a recibir atención médica, la extremidad comenzó a presentar gangrena húmeda en las siguientes 24 horas, por lo que decidieron practicarle la eutanasia.
Una mujer de Burgos se encuentra cara a cara con un lobo ibérico cuando regresaba a su casa por la noche
La Audiencia Provincial de Valladolid, en su sentencia del 28 de octubre de 2024, confirmó el fallo inicial del Juzgado de lo Penal n.º 4 de Valladolid, que calificó la acción del ganadero como un delito contra la fauna. En su resolución, el tribunal destacó que la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad prohíbe el uso de cepos para la captura de animales. Además, el Real Decreto 1095/1989 los considera métodos de captura masivos y no selectivos, por lo que están prohibidos para la captura o muerte de animales.
Consecuencias legales
El tribunal impuso al ganadero una pena de cuatro meses de prisión, una multa económica y la inhabilitación durante un año para ejercer la caza y la ganadería. La defensa del acusado presentó un recurso alegando errores en la valoración de pruebas y la vulneración del principio de presunción de inocencia. Sin embargo, la Audiencia Provincial desestimó estos argumentos al considerar que el propio ganadero había admitido la colocación de los cepos en su finca con la intención de atrapar al lobo.
En su resolución, la Audiencia también rechazó la argumentación de la defensa sobre la posible incapacidad del acusado debido a su avanzada edad, subrayando que, a pesar de sus 84 años, su testimonio en el juicio fue «lúcido y coherente».