Tras horas de espera o de rececho, todo puede irse al traste en el último segundo si el disparo no es certero y el animal herido escapa. La diferencia entre cobrarlo o dejarlo en el monte depende de lo que hagas a continuación. Seguir correctamente un rastro de sangre no es tarea fácil, pero con estos siete pasos podrás aumentar tus probabilidades de éxito.
No hay peor sensación para un cazador que dejar una pieza herida en el monte. No se trata solo de ética, sino también de respeto por el animal y por la actividad. Pistear bien es una responsabilidad y, como tal, requiere técnica, conocimiento y temple. Aquí tienes los siete pasos imprescindibles para lograrlo.
Realiza un buen disparo
Puede parecer obvio, pero el éxito del rastreo comienza antes incluso de que el animal eche a correr: en el disparo. Asegúrate de elegir un calibre adecuado y de conocer bien la anatomía de la especie que persigues. Eso te permitirá colocar el tiro en el punto más letal, minimizando el sufrimiento y facilitando la posterior recuperación de la pieza.

Practica con regularidad en el campo de tiro. La habilidad con el arma es algo que se entrena, no se improvisa. Cuanto más certero seas, menos tendrás que depender del rastro… aunque nunca se está exento de un lance complicado.
Presta atención a los signos y escucha
Nada más disparar, respira hondo y observa. No pierdas detalle de lo que hace el animal en los primeros segundos: si cae, si se encama, si huye… Su reacción te dará muchas pistas sobre el impacto. ¿Salta y se aleja? ¿Corre sin rumbo? ¿Cae y se levanta? Todo eso importa.
También es importante que memorices el lugar exacto del disparo y por dónde desaparece. Escucha los ruidos, los golpes contra ramas, las carreras en la hojarasca. Si conoces bien el terreno, podrás deducir el camino que ha seguido.
Haz una foto del lugar del tiro
Una vez que tienes referencias claras, haz una fotografía del entorno del disparo. En el monte, donde todo puede parecer igual, una imagen te servirá para orientarte cuando dejes el puesto. No es raro desorientarse con unos pocos pasos entre jaras y pinos.

Esa foto también te servirá para contrastar posibles rastros con la dirección real de huida del animal. Además, si más adelante necesitas ayuda, te será más fácil mostrar a un compañero o al guía el escenario completo del lance.
Espera antes de ir a cobrar
La impaciencia es el peor enemigo del buen pisteo. Por eso, después del disparo debes esperar entre 15 y 20 minutos antes de levantarte. Muchos animales heridos se encaman a pocos metros. Si sales corriendo, puedes levantarlos y complicar mucho la búsqueda.
Aprovecha ese tiempo para revisar en tu cámara si grabaste el tiro, analiza la imagen o vuelve a visualizar el lance en tu mente. Ganarás información… y tiempo para serenarte.
Analiza el lugar del disparo
Cuando haya pasado el tiempo suficiente, acércate al lugar del tiro y busca todos los indicios: sangre, pelos, restos de hueso o vísceras. Cada uno dice algo. Una sangre brillante y abundante suele indicar corazón; si tiene burbujas, son los pulmones; si es espesa y huele mal, el disparo ha tocado estómago o intestino.

Estos datos te ayudarán a decidir cómo continuar. Un disparo pulmonar o de corazón te permite seguir casi con seguridad. En otros casos, será mejor buscar ayuda o usar un buen perro de sangre.
Marca el rastro y síguelo con cuidado
Cuando encuentres el primer rastro de sangre, márcalo con algo visible, como papel higiénico o cinta. Haz lo mismo cada vez que encuentres una nueva gota. Así podrás seguir la trayectoria, e incluso volver atrás si te desvías.
Avanza con calma y en silencio. No pises sobre el rastro: ve por los lados para no borrarlo. Fíjate también en ramas, arbustos o hierbas manchadas. A veces, una gota a media altura te da la pista clave del tamaño del animal y del lugar del impacto.
Si se pierde el rastro, alterna estrategias
Si tras varios metros el rastro se interrumpe, no desesperes. Marca el último punto con sangre, retrocede y vuelve a revisar todo con la mente fría. Puede que simplemente te hayas desviado unos metros.
Si empieza a caer la noche, lo mejor es dejarlo y volver al día siguiente. Con luz natural todo se ve mejor. Busca zonas querenciosas: agua, zarzas densas, vaguadas…
Si tras seguir estos pasos no consigues cobrar la pieza, puedes recurrir a la ayuda de un profesional de AEPES, la Asociación Española del Perro de Sangre. En su web encontrarás un mapa interactivo donde contactar directamente con el delegado territorial de tu comunidad. Él te pondrá en contacto con un rastreador acreditado, dispuesto a ayudarte con su perro de forma desinteresada. Recuerda: no avances más de 100 metros, no metas perros no preparados y señaliza bien el lugar del impacto. Cuanto antes llames, mayores serán las probabilidades de éxito. Toda la información está disponible en su web: www.aepes.es.