El meloncillo (Herpestes ichneumon) es una de las especies que más quebraderos de cabeza causan a los cazadores de nuestro país por los estragos que provocan en especies de caza menor como el conejo. Su distribución está restringida al suroeste de la Península Ibérica, donde recientes estudios sugieren que podría estar en expansión. Sin embargo, su situación actual en España no se conoce con precisión debido a la falta de estudios metodológicos.

Este martes, investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos -IREC-, del IESA-CSIC y de la Universidad de Málaga han evaluado diferentes métodos para la detección del meloncillo, algo que puede ayudar a muchos cazadores a saber si esta especie está en su coto.

A diferencia del resto de carnívoros ibéricos, el meloncillo es una especie de hábitos completamente diurnos. Esto hace que se observe con frecuencia a plena luz del día, lo que contribuye a una percepción de alta abundancia y aumento poblacional. En este contexto, el sector cinegético reclama medidas para limitar sus poblaciones y frenar su expansión, basándose en su percepción de un gran impacto sobre las especies de caza menor. Sin embargo, en Castilla-La Mancha se desconoce con precisión su distribución, si realmente está en expansión y cuál es el impacto sobre sus presas.

Las preguntas a las que responde este estudio

Estos son algunos de los interrogantes que trata de responder el “Proyecto MELOCAM: El meloncillo en Castilla-La Mancha: distribución, abundancia, tendencias poblacionales, efectos sobre sus presas y percepción social (SBPLY/17/180501/000184)”, que está desarrollado por científicos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) en colaboración con investigadores del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) y de la Universidad de Málaga, y financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y fondos FEDER de la Unión Europea.

Para detectar especies de carnívoros, cuyo comportamiento elusivo a menudo dificulta su observación directa, se recurre habitualmente a diversos métodos. Los más utilizados son, entre otros, el foto-trampeo, la búsqueda de indicios y las capturas en vivo. Sin embargo, cada método tiene sus ventajas e inconvenientes, y es necesario conocer muy bien cuáles son los métodos más adecuados en cada caso y para cada especie con el fin de obtener las estimaciones de distribución poblacional más precisas.

Compararon diferentes metodologías para dar con los meloncillos

Foto de meloncillo obtenida por una cámara-trampa durante el presente trabajo de investigación (Proyecto MELOCAM).

De este modo, el objetivo de este estudio fue comparar diferentes metodologías y sus posibles combinaciones para optimizar las estimas de distribución del meloncillo. Para ello se emplearon modelos de ocupación para identificar el método o combinación de métodos más coste-eficientes (es decir, con alta precisión, bajo sesgo y bajo coste) para evaluar la distribución de la especie.

Los cuatro métodos utilizados

Excrementos de meloncillo (Proyecto MELOCAM).

El estudio se llevó a cabo en cuatro zonas del centro de España (en particular, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha) donde previamente se conocía la presencia de meloncillo. Se utilizaron cuatro métodos diferentes: cámaras-trampa, trampas de pelo dobles cebadas con pollo, trampas de pelo simples sin cebo y búsqueda de indicios como huellas y excrementos. Estos métodos se replicaron en 10 unidades de muestreo dentro de cada una de las 4 zonas de estudio. Mediante modelos de ocupación se estimó la probabilidad de detección para cada método y sus posibles combinaciones en cada zona.

Trampa de pelo doble con cebo (en el centro de la imagen) empleada en el presente estudio (Proyecto MELOCAM).

Los resultados del trabajo muestran que el método simple, más preciso y menos sesgado fue el foto-trampeo, seguido de la búsqueda de indicios. Por el contrario, las trampas de pelo, tanto cebadas como sin cebo, produjeron estimas de ocupación sesgadas. Sin embargo, las cámaras-trampa fueron el método más costoso, mientras que las trampas de pelo sin cebo tuvieron el menor coste. La combinación de los cuatro métodos produjo el mejor modelo en términos absolutos (mayor probabilidad de detección y mayor precisión de la estima de ocupación).

Por tanto, si quieres saber si hay meloncillos en tu coto de caza, ya sabes qué debes hacer: hacerte con una buena cámara de fototrampeo -o varias- para dar con ellos.

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