Es a finales de enero y principios de febrero cuando la perdiz roja (Alectoris rufa) se empareja con el fin de aparearse y perpetuar la especie. El macho intentará en este periodo defender su territorio y no permitirá que ninguno de sus congéneres imponga su jerarquía. Este hecho permitirá al cazador fundirse con el entorno y tratar de atraer a las perdices de su coto con la ayuda de sus reclamos. Tras un par de meses de ‘noviazgo’, la perdiz elaborará un nido en el suelo e incubará los huevos durante 23 a 24 días.

Esto ha sido así desde el origen de la especie y el hombre ha pasado milenios amansando la perdiz para usarla como reclamo y poder así atraer y atrapar a sus congéneres. El ser humano ha ido transmitiendo generación a generación a sus descendientes cazadores, además del rito de la caza, a entender lo que ‘habla’ o está expresando una perdiz con cualquiera de sus gestos o sonidos. Es precisamente esto último lo que trataremos de explicar en el presente artículo: cómo es el canto de la perdiz roja.

Partiremos de la base de que los sonidos hay que clasificarlos en dos tipos: unos de canto y otros de recurso dentro del ‘diálogo’ de las perdices.

Tipos de canto de la perdiz roja

Aunque son tres los que emiten -‘reclamar’ o ‘de mayor’, ‘dar de pie’ y ‘piñonear’- hay que aclarar antes de entrar a explicar su significado, que son los machos los que usan los tres tipos de canto. Las hembras entonarán solo el ‘de mayor’ y a muy pocas, o poquísimas, las oiremos ‘dar de pie’.

Canto de Mayor

Por alto‘, con convencimiento y repetido varías veces seguidas -los que lo hacen seis o siete veces suelen ser pájaros con buenas cualidades como reclamo- significa intención, mostrarse, delatarse, exponerse a las perdices de la zona que allí frecuentan y decirles: «Aquí estoy».

‘De embuchada‘, emitido normalmente una o dos veces seguidas, con un tono de baja frecuencia, tímido pero alargando su final. Es un canto seductor que lo usan las perdices como ‘de salida’ o comienzo para cuando llega de nuevo a un territorio, evitando así si hay congéneres muy cerca que no recelen de que haya por allí un extraño irrumpiendo. Se trata de un saludo cortés que se usa también para recogerse al dormidero.

La onomatopeya del macho es: Choc choc chocoooooohh, choc choc chocoooooohh, choc choc chocooooooh.

La onomatopeya de la hembra es: Charac chaca charac chaca.

Perdiz roja. © JDG
Perdiz roja. © JDG

Dar de Pie

El ‘dar de pie‘ es un canto que va alternado con el ‘de mayor’ cuando ‘va por alto’. Es repetitivo con mayor medida si el pájaro está más fuerte. Lo usan cuando tienen contestándole ‘el campo’ o ve a otras perdices y quiere retarlas. El significado de su uso es para advertir a su congénere que está dispuesto a quedarse con el territorio. Es como un «ven si eres capaz», «ven que no me va a importar pelear».

De igual modo que el ‘de mayor’, este canto cuando se emite en tono tenue, como murmullo, bajando el nivel auditivo mientras más cerca tiene a su contrincante de hasta apenas apreciarse de no ser por el movimiento de su garganta, se le llama ‘recibo‘ y quiere decir que se intensifica el enfado, un desafío firme como diciendo: «Te voy a lastimar».

La onomatopeya de dar de pie es: Cuchichi cuchichi.

La onomatopeya de recibo es: Cunini cunini.

Piñonear

Es un canto que el macho alterna junto al ‘de mayor’ y ‘de pie’ intercalando varios golpes secos y de más a menos fuertes según lo que se esté acercando el otro congénere. Es un sonido parecido al que emiten los martillos de feria, como un chasquido metálico qué significa también «quiero pelea» y que a mayor proximidad al igual que el ‘dar de pie’, se emite más suave y por ello más desafiante. Al emitir el piñonero el macho adquiere una estampa elegante, poderosa, imponente.

La onomatopeya del piñoneo es: Bip bip.

oferta trabajo caza
Perdiz roja. © Shutterstock

Recursos sonoros en el idioma de las perdices

Pero no solo reclaman, dan de pie o piñonean nuestras perdices. También tienen un amplio abanico de recursos que utilizan cuando quieren enviar mensajes a sus congéneres. Solo los oídos de los cazadores más experimentados son capaces de distinguirlos, pero una vez que los entiendes, un mundo nuevo se abre ante ti porque eres capaz de entender el idioma de las perdices.

Mandar a callar

Cuando el macho llega a plantear pelea a una pareja de perdices y están en pleno encaramiento o cerca de tenerlo, si la hembra decide cantar con su peculiar ‘chacara charachacá‘, los machos -el que viene a pelear sobre todo- emiten un sonido rápido en dos o tres golpes qué significa «silencio, tú no te metas».

La onomatopeya de mandar a callar es: Goj Goj.

Aguileo

Se le llama ‘aguileo’ al sonido como ráfaga que emiten las perdices para avisar a las de su especie al delatar la presencia de un peligro, ya sea una rapaz o de otra índole. También lo usan como recurso para cuando él busca que se les acerquen a su posición las campesinas pero no le hacen caso. Con esto consigue ganarse la confianza y las atrae más fácil. Con su sonido les dice: «Estad a alerta, que estoy viendo un peligro».

La onomatopeya del Aguileo es: Gorocgorocgorocgorocgoroooiiiiii

Ajeo o aear

El ‘ajeo’ es un sonido que se asocia a una mala faena de reclamo, a un lance mal terminado, a un disparo fuera de contexto a la congénere en muchos casos o a una reacción adversa al sonido del tiro. Se puede decir que se emite por una mezcla de miedo y enfado. Es como un grito de frustración. La perdiz que se usa como reclamo y tras un disparo ‘ajea’ se da por inservible para ese menester.

La onomatopeya del ajeo es: Geaj geaj geaj geaj geaj.

Regañar

Es un sonido portentoso, el más fuerte en volumen de su repertorio. Lo usan en muestra de enfado con situaciones de poco entendimiento, de mucha confrontación, de estancamiento en la riña. Cuando una perdiz emite el ‘regaño’ todas callan. Se puede decir que está diciendo «aquí yo tengo la palabra, tengo las riendas».

Sí onomatopeya es: Chah chah chah chah.

Titeo

Sonido que las hembras emiten a sus perdigones en su etapa de enseñanza y que significa «venid y comed de esto que yo como que está muy bueno». Este sonido lo emiten algunos machos en su cortejo a la hembra simulando que está comiendo algo apetitoso y que es irresistible para ellas. De este modo se le acercan a él y crea afinidad, confianza. El pájaro de reclamo que usa este recurso ficticio con la cabeza picoteando el suelo para arrimar a las hembras recelosas como diciéndoles, ven y come esto tan bueno aquí, suele ser excelente.

Su onomatopeya es: Tititititititititi.

Macho de perdiz roja en su jaula. © JDG
Macho de perdiz roja en su jaula. © JDG

Guteo

Sonido que emiten las perdices al comer determinadas veces por cogerlo con hambre o por gustarle. Al contrario del ‘titeo’ que lo hacen como recurso del «ven a comer esto», este sonido lo hacen como muestra de satisfacción por comer. Significa «está delicioso».

La onomatopeya es: Gu gu gu gu gu.

Maullido

Sonido que emiten cuando sus hormonas llegan al punto más álgido del celo. Es muy parecido al maullido de un gato por eso se le denomina con este nombre. Cuando las hembras escuchan este sonido frecuente en pájaros de reclamo lo encuentra atractivo.

Su onomatopeya es: Muiiiiiii, muiiiii, muiiiii.

Picheo

Sonido fuerte que emiten al levantar el vuelo ya sea por huida o cambio de lugar por algún motivo y que lo emplean para advertir a las suyas que de ese lugar se aleja a otro mejor o sin peligro.

La onomatopeya es: Piooo, piooo, piooo.

Cloqueo

Es un sonido peculiar como el de las gallinas poniendo y que la perdiz lo usa como recurso para acercar las hembras. Es como dando confianza, como diciendo «soy bueno, soy de fiar» y que es muy efectivo para cuando la hembra está recelosa.

Su onomatopeya es: Co, co, co.