El Toyota Landcruiser, uno de los coches más utilizados por los amantes del sector cinegético para poder introducirse en todo tipo de caminos, es también un objeto prioritario para ladrones y traficantes debido a su facilidad para entrar en terrenos arenosos. Es justo lo que le ocurrió al cazador onubense J.M.C., al que le quitaron su coche y que da su testimonio a Jara y Sedal.

Hace dos años y medio, comenzó una oleada de robos del Toyota Landcruiser en la zona de Huelva y su provincia. En total, sustrajeron el vehículo a 25 propietarios de este modelo «porque es de los mejores que existen para andar por las dunas de arena», según comentó la Guardia Civil al afectado con el que hemos contactado desde esta redacción.

Así le robaron el vehículo a J.M.C.

J.M.C. narra que él vive en una planta baja: «Aquella noche dejé el todoterreno en la puerta como todos los días y, por la mañana, me encontré que no estaba. Empecé a darle vueltas a la cabeza sobre si me habría despistado y lo habría dejado en otro sitio, si lo habría dejado en la calle de al lado… pero no, deduje que me lo habían robado», relata.

Tras ello, el cazador afectado fue al cuartel de la Guardia Civil, le comentó el problema e hizo la denuncia. «Allí, me comentaron que los ladrones hacen un seguimiento para detectar el código del coche, sacan una llave con éste y se llevan el vehículo con esa misma llave», describe.  

La llamada de la esperanza llegó dos años y tres meses después

El coche estuvo desaparecido durante dos años y tres meses. El cazador lo daba por perdido ya que, con el tiempo que había pasado, no había esperanzas. «Antes, yo me había movido un poco y estuve hablando con personas y amigos de la zona de La Línea de la Concepción y Algeciras, pero no hubo forma de cogerle la pista al coche».

Al cabo de ese tiempo, J.M.C. recibió la llamada de un teniente de la Guardia Civil de la provincia de Sevilla y le preguntó si era J.M.C. que si tenía en propiedad un Toyota Landrcuiser: «Su coche está aquí, lo tenemos nosotros en el cuartel», le dijo el teniente al afectado. «Yo pensaba que era una broma de un amigo, ya que daba por perdido el vehículo», confiesa sobre lo que pensó en el momento de la llamada.

J.M.C. fue al cuartel y se encontró con que el coche lo había intervenido la Guardia Civil por un delito de drogas; justo en el momento en el que iban a hacer la detención, los dos perseguidos salieron corriendo y no pudieron identificarlos. Desde la Benemérita, explicaron a J.M.C. que estos coches «los roban para hacer el transporte a la hora de descargar los neumáticos con sustancias estupefacientes en la playa; se meten con los coches hasta la orilla, cargan la droga y se la llevan», relata.

Aunque el coche no lo habían utilizado para ello todavía, sí que estaba listo para ser usado así, ya que tenía los asientos traseros quitados y la zona preparada para cargar objetos.

La lista de afectados es tan grande, que incluso hay un grupo de Facebook donde se reunen las víctimas para dar difusión a los robos. Esta formado por casi 6.000 personas.