Estamos inmersos en plena temporada de caza del corzo. El campo se llena ahora de cazadores que, con mayor o menor fortuna, deambulan entre jaras y siembras. Recechar no es una cosa sencilla. El cazador se adentra en el territorio del corzo y él tiene todas las de ganar en sus dominios.

Por eso, después de años de experiencia y errores garrafales, te ofrezco cinco trucos de andar por casa que, si no eres un experto recechando, pueden ayudarte a aprobar con nota. No digo que sean prácticas infalibles ni que sean de mi invención pero si puedo confirmar que funcionan después de probarlo a pie de campo.

1. Cubre el cañón del rifle con cinta

Este consejo lo puse en práctica hace muchos años, después de que mi viejo Winchester me traicionara en dos ocasiones pero si cuentas con un rifle moderno con acabado mate no te será necesario. Cada vez que cazaba cara al sol, los destellos que reflejaban en el cañón y el visor daban la voz de alarma. Era como un faro en medio del monte, visible desde cualquier punto. Un poco de cinta adhesiva en tonos camperos fue más que suficiente para apagar mi ‘linterna’.

2. Amortigua el sonido de tu apoyo

Yo siempre cazo con un trípode extensible. Junto a una buena mochila, creo que por mi forma de cazar y el entorno en el que suelo hacerlo, es el mejor apoyo posible. Concretamente uso uno de gatillo de la firma Primos. Es rápido y muy estable pero en mi caso tiene un problema. Al juntar las patas chocan entre sí, produciendo un molesto ruido metálico. Para solucionarlo solamente tienes que localizar el punto en el que se produce el contacto y forrarlo con goma. Con eso conseguirás callarlo.

3. Pies de Sioux ante el corzo

Confieso que este truco lo he puesto en práctica tan solo en dos ocasiones y que puede ser una flipada de campeonato pero creedme que funciona. Cuando cazas con arco a rececho, el acercamiento es el 90% del lance. Cualquier crujir de ramas bajo tus pies echará todo al traste.

Pues bien, en un vídeo de caza americano observé como el conocido cazador Archie Nesbitt se calzaba unos mocasines de cuero a los que había arrancado la suela y los cubría con unos calcetines gordos de lana. De esta manera el sonido de tus pasos queda completamente amortiguado. También puedes comprar los clásicos pies de oso y dejarte de historias…

4. Lleva alguna pluma en el bolsillo

Métodos para comprobar la dirección del aire mientras cazas a rececho hay muchos pero… ¿hay algo más ligero que una pluma? Cada vez que tengo la fortuna de cobrar un pato, una perdiz o una paloma torcaz, le robo un manojo de plumas y pelusas que voy almacenando en una bolsita. Cuando quieras conocer por dónde van los vientos, lanza una de ellas por encima de tu cabeza y déjala que vuele.

5. Prismáticos de caza a la africana

Aunque en principio esta modalidad de caza es tranquila, en más de una vez he tenido que pegar una buena carrera para recortar terreno o seguir la carrera de un corzo después de fallar un disparo. Y hacerlo con unos prismáticos de casi un kilo golpeándote en el pecho no es demasiado agradable.

Por eso, mi consejo es que los lleves como los cazadores africanos. Ellos los cuelgan a modo de bandolera, dejándolos a un lado. Su motivo es lógico, podrán correr de forma más cómoda si un búfalo decide arrancarse como un Muira. En tu caso no creo que un corzo te ponga en ese aprieto pero te animo a probar… Seguro que te gusta el cambio.