Hoy tendríamos que estar en el campo intentado colocar los primeros precintos, pero el coronavirus nos ha robado el mes de abril. Para hacer más llevadera la espera aquí tienes el top 5 de los corzos virales de la pasada temporada. Paciencia. Alguno como estos te estará esperando después de la cuarentena.

Por Redacción JyS

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Los cinco corzos más virales de 2019.

El corzo de León con forma de Y

Fue a media mañana cuando Ismael Vázquez dio con él, aunque antes se topó con la hembra que lo acompañaba. La situación era delicada, ya que cualquier movimiento en falso podía delatar su presencia y echar por tierra cualquier posibilidad de realizar una entrada. Ismael se arrodilló y comenzó el acercamiento arrastrándose, evitando así ser localizado por el macho y su corza, que vigilaba la zona sin descanso. Estuvo esperando en esa sufrida posición un buen rato hasta que su objetivo le ofreció un blanco seguro. Un tiro certero con un proyectil del calibre 7 mm Rem. Mag. dejó al corzo sobre sus huellas. Cuando Ismael se acercó al animal se quedó sin palabras. Las dos cuernas compartían una única roseta, grande y robusta, para luego bifurcar su cuerna en dos ramas gordas y de puntas afiladas y fuertes. Nunca antes había visto un trofeo similar.

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Ismael junto al corzo con forma de Y.

Un corzo peluca con 12 meses de retraso

Fue hace ya dos años cuando Gonzalo Bravo localizó por primera vez este singular corzo. Distinguió dos varas gruesas en un lado y «algo entre las orejas que parecía una cuerna asimétrica». Logró situarse a tiro, pero no calculó correctamente la caída de la bala y el disparo se fue alto. Un año después, en la misma zona, localizó un bulto entre las chaparras. Miró a través de sus prismáticos y allí estaba, con su largo cuerno delantero mirándole de frente. Abrió el bípode Harris de su Tikka .300 WSM y comenzó a reptar entre las chaparras para buscar posición de tiro. El corzo, extrañado, se giró hacia al monte, pero logró detenerlo con un silbido. Ese fue el momento que aprovechó para apretar el gatillo y tumbar a este espectacular animal… justo un año después de errar el disparo. 

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Gonzalo con su corzo «peluca».

El corzo morisco de tres cuernos

Curro Alba es el cazador sevillano que abatió este extraño corzo morisco en el Parque Natural de Los Alcornocales, en Cádiz, durante una batida celebrada en el mes de marzo de 2019. Unos 20 minutos después de abatir dos cochinos de una piara escucharon una ladra en la umbría. En un trasluz, a unos 100 metros, vio que se trataba de un corzo macho con dos perros detrás que se dirigían hacia su posición. De repente, a unos 60 metros, hizo su aparición en carrera intentando escapar del acoso de los perros. Curro no dudo en apretar el gatillo y pudo ver cómo el animal daba volteretas ladera abajo. Al llegar a él, observó un trofeo único, con un lance de vértigo, cargado de adrenalina.

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El corzo, con el tercer cuerno que nace debajo de su roseta derecha.

Un precioso enredo de 18 puntas

El cazador Pedro José Muñoz logró cazar este inusual trofeo la tarde del pasado sábado 8 de junio de 2019 en el antiguo coto social de Valderromero, situado en las cercanías de la localidad toledana de Sevilleja de la Jara. Se dirigía a un aguardo de jabalíes cuando, para su sorpresa, se topó con este espectacular macho. Pedro José nunca había visto nada igual en la zona, así que no dudó y apuntó rápidamente. Con un único disparo en el codillo consiguió abatirlo limpiamente con su rifle Blaser R93 en calibre .30-06 Springfield y munición Norma. Todo un regalo inesperado que supo aprovechar

Pedro José con el corzo de 18 puntas.

Un pelucón viral para la Junta de CyL

El vídeo este corzo con peluca comiendo en una siembra corrió como la pólvora por las redes sociales el año pasado. El animal, localizado en las cercanías de Burgos, fue sacrificado por agentes medioambientales de la Administración para evitar que provocara accidentes de tráfico, ya que la increíble malformación de su cuerna limitaba enormemente su capacidad de visión. Julián Burgos fue el elegido para preparar el trofeo en una vitrina de cristal, pues ha sido donado al Instituto Cardenal López de Mendoza de Burgos. El taxidermista aseguró que es la peluca más grande que ha visto en su vida: 30 centímetros de longitud y 57 de diámetro. También extrajeron los testículos del corzo, diminutos y atrofiados, para su posterior análisis y estudio.

El taxidermista Julián Burgos con el trofeo abatido por los agentes medioambientales.