Christian Gortázar, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Castilla-La Mancha en el Instituto de Recursos Cinegéticos, ha tomado parte este viernes en la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados, donde ha comparecido junto a otros expertos y ha hablado del proyecto de ley de Bienestar Animal del Gobierno, del que ha denunciado que «carece de toda base científica». Ha comenzado su discurso señalando que si bien no es ganadero ni cazador, sí tiene más de 25 años de experiencia en investigación, «trabajando principalmente con fauna silvestre y con ganadería».
En sus primeras palabras, ha querido referirse a las formas de llevar a cabo el proyecto: «Debo manifestar mi disconformidad con la forma de tramitar este proyecto de ley. En primer lugar, las regulaciones sobre Bienestar Animal, a mi entender, deberían partir del Ministerio de Agricultura, que cuenta con funcionarios de amplia capacidad y experiencia; segundo, distintas personas y entidades presentamos en su día alegaciones al anteproyecto sin merecer siquiera una respuesta; en tercer lugar, me consta que la mayor parte de solicitudes de comparecencia no se han aceptado y que las pocas admitidas se han concentrado en tan sólo dos días, por lo que como ciudadano español me parece una tomadura de pelo que estas comparecencias tengan lugar una vez cerrado el plazo de presentación de enmiendas. Si esto es así, ¿qué sentido tiene el acto de hoy más allá de querer cubrir las apariencias?», se preguntaba Gortázar.
«Legislan ustedes sin contar con los sectores afectados ni con los expertos», defendía el científico. Y ha señalado, en cuanto a los contenidos, dos corrientes presentes en la sociedad: una animalista, y otra científica más cercana al utilitarismo. «El proyecto de ley está sesgado hacia la primera», y ha citado cuatro ejemplos concretos.
Sobre los animales de compañía y animales de trabajo
El primero de sus ejemplos se ha centrado en los animales de compañía y de trabajo: «El proyecto de ley debería retirarse; de no ser así, debería centrarse exclusivamente en los animales domésticos de compañía. Los perros de ganado, los de caza, los hurones, aves de cetrería… son animales de trabajo, una categoría que no aparece en el proyecto de ley. Para ganaderos y cazadores, poner límites de 24 horas de soledad, supone una traba añadida a su mantenimiento», exponía. «Todo esto redundará en consecuencias para la ganadería, especialmente para la extensiva», seguía defendiendo, señalando la necesidad de controlar poblaciones como el lobo, el jabalí, los roedores urbanos… con impactos sobre la salud pública o la ganadería.
El problema de los gatos
Los gatos no confinados, otro problema que no ha querido dejar en el tintero, «causan impactos negativos que afectan a la habitabilidad en el medio urbano, a la conservación de la biodiversidad y a la salud pública», ha dicho. Y ha comentado brevemente uno de los problemas que supone la protección de las colonias felinas que defiende la ley: «Anualmente, los gatos causan la muerte de decenas de miles de millones de animales silvestres, incluyendo mamíferos, aves, reptiles, anfibios y hasta peces». «La obcecación con las colonias felinas es un ejemplo de especismo animalista, donde sus defensores prefieren a los animales mamíferos, con ojos frontales y susceptibles de ser acariciados sobre otras especies que perciben menos cercanas», defendía.
Otros efectos negativos de los gatos ocurren por su cruzamiento con el gato montés, así como por transmitir enfermedades a otros carnívoros amenazados, como el lince: «La población de lince de Doñana, por ejemplo, estuvo a punto de desaparecer por una infección de los gatos asilvestrados», ha citado. Por todo ello, 800 científicos españoles solicitaron retirar la apuesta por las mal llamadas colonias felinas que contiene el proyecto de ley», exponía.
Para la gestión de los gatos no confinados existen opciones, según ha citado Gortázar, «como monitorizar la población de los gatos, actuar sobre el hábitat, actuar de forma preventiva sobre los gatos mascota, el control letal, captura mediante jaulas trampa, captura para esterilización y posterior suelta o incluso no actuar», ha dicho. «El proyecto de ley solamente contempla una de estas opciones, dejando la gestión en manos de aficionados, y todo esto con cargo al bolsillo del contribuyente», señalaba.
El listado positivo y las aves exóticas, tercer problema que plantea Gortázar
El tercer ejemplo que ha puesto es el listado positivo y las aves exóticas: «El proyecto de ley prevé la elaboración de un listado positivo de las especies que pueden o no tenerse por particulares, lo que implica que un particular pueda criar aves exóticas más allá de periquitos y ninfas, lo que supondría un problema de conservación con importantes derivadas sociales y económicas», ha señalado.
La cría de aves exóticas en cautividad constituye «una potente herramienta de conservación al reducir el comercio ilegal de aves salvajes. Además, España se ha convertido en uno de los principales exportadores de aves exóticas, reduciendo así el peligro de extinción de muchas de ellas», citaba.
El problema de los veterinarios
Los profesionales veterinarios encuentran «indefinición» e «intrusismo» en la nueva ley, según ha denunciado Gortázar. «El borrador incluye el sacrificio cero: se prohíbe el sacrificio de animales cuando la causa sea económica, por ejemplo, pero no se prevén medios económicos para atender esos casos», criticaba el científico. Los veterinarios clínicos atienden a sus clientes animales hasta el final de sus días, pero «difícilmente pueden defender un tratamiento paliativo cuando éste resulta demasiado oneroso para el dueño del animal», añadió.
Además, se producirá intrusismo al otorgar a personas relacionadas con los refugios de animales responsabilidades en gestión y formación en detrimento de los profesionales.
La modificación del delito de maltrato en el Código Penal
Finalmente, se ha referido brevemente a la modificación del delito de maltrato: «La propuesta de reforma, extiende el ámbito de protección hasta límites que rayan el esperpento. El borrador propone extender el delito a todos los vertebrados, es decir, también a un pez o a una rata. Esto es improcedente. Los animales silvestres ya tienen su propio régimen penal y administrativo. Leyes de conservación de la naturaleza internacionales, nacionales y regionales, leyes de caza, reglamentos… no hay un solo artículo del Código Penal que contenga nueve circunstancias agravantes, que contienen un efecto multiplicador de la pena», exponía.