El cazador Carlos Calderón, de 30 años de edad, abatió hace unos días junto a su padre, Isidro Calderón, un viejo corzo con un grueso trofeo de ocho puntas tras recechar cerca de 20 kilómetros en un solo día. «Llevamos toda la vida juntos cazando, y eso es lo que más disfruté de la jornada, la compañía de mi padre, con el que pude abatir este espectacular ejemplar», comienza relatando el cazador a la redacción de Jara y Sedal.

Calderón explica que, de amanecida, anduvieron por distintos lugares del coto del pueblo, pero no lograron ver nada reseñable: «Andamos unos 15 kilómetros y decidimos que la tarde sería nuestro momento perfecto para abatir un buen ejemplar, por eso nos retiramos a descansar», explica el cazador.  

A las 19:00 horas de la tarde comenzaron de nuevo a recechar

El trofeo del corzo. © C. C.

Sobre las 19:00 horas, salieron y se acercaron a ciertos «sitios querenciosos» para los corzos: «Los vimos a unos 500 metros aproximadamente. Iban dos hembras y dos machos, y este macho se estaba apoderando de uno más joven», relata Calderón.

Poco a poco fueron aproximándose a él y, cuando estaban a unos 300 metros, vieron que no se podían acercar más al ser un animal viejo: «Decidimos dispararle, así que lo valoré por los prismáticos, vi que era un gran macho para poderlo abatir, apoyé el rifle en el trípode, lo metí en el visor y disparé; el animal anduvo unos cuarenta metros», explica.

Un difícil pero exitoso cobro

Otra imagen del corzo con los cazadores. © C. C.

El cazador detalla que el corzo se metió a unos zarzales y espinos cercanos «en los que era imposible entrar», describe. Por ello, siguieron el rastro de la sangre y supusieron que estaba dentro muerto: «Como tenemos un amigo que tiene un perro de rastro, enseguida lo llamamos. Vino sobre las 21:00 horas y gracias al trabajo del perro pudimos cobrar la pieza y descubrir el bello y grueso trofeo que tenía», dice aún sorprendido el joven.

El disparo, algo trasero, hizo que aún pudiese andar la pieza, pero por fortuna la pudieron cobrar: «Del trofeo destaco su longitud, ya que tiene unos 25 centímetros, y sus ocho puntas, dos más de las seis habituales en estos ejemplares ya adultos», señala sobre el gran animal tras un lance que llevó a cabo con su rifle Tikka Hunter en calibre .30-06 con una bala Norma de 165 grains.

La mejor historia de corzos de esta temporada conseguirá un monocular térmico valorado en más de 2.000 euros

sorteo Burris H50 historia corzo

¿Has cazado ya algún corzo destacable, curioso o piensas que el lance fue único? Pues Jara y Sedal y Beretta Benelli Ibérica pueden premiar tu historia gracias a un nuevo concurso. Si tu historia es elegida, puede que ganes un magnífico monocular térmico Burris H50.

Para optar al premio solo tienes que enviarnos un email a [email protected]o un mensaje privado a cualquiera de nuestras redes sociales contándonos tu mejor historia de caza de corzos, adjuntar las fotos de ese día y tu número de teléfono, además de seguir en Instagram el perfil de Jara y Sedal (@jaraysedal.es) y el de Beretta Benelli Iberica (@beretta_benelli_iberica). No tiene por qué ser el relato de un trofeo medallable, aunque se valorarán aquellos extraordinarios, curiosos o llamativos a los que les acompañe una buena historia. En este enlace te contamos cómo puedes participar.