Las imágenes del extraño trofeo cazado por un joven talaverano en la mañana de ayer son espectaculares.
25/6/2018 | Redacción JyS
Ya hemos hablado varias veces a lo largo de la presente temporada de corzo de la atracción que generan los extraños trofeos del más pequeño de nuestros cérvidos.
En esta ocasión ha sido un joven de 23 años quien ha protagonizado uno de los recechos que más darán que hablar esta temporada, fruto de haber conseguido uno de los trofeos más extraños.
Se trata de un «peluca». Esos atípicos duendes cuyo ciclo de la cuerna se ha visto afectado por algún desarreglo hormonal, bien por atrofia testicular, o por cualquier otra
causa y que son muy valorados por los aficionados a la caza del Capreolus. La cuerna de estos machos permanece durante todo el año cubierta de ese terciopelo característico que les da nombre.
«No tenía testículos», nos cuenta Óscar Mirado Santos, el joven cazador de Talavera de la Reina que ha logrado abatirlo.
Fue ayer cuando se desplazó hasta su coto en la Sierra Norte de Guadalajara para intentar dar caza «a algún macho». De sus palabras deducimos que no lo tenía localizado. Y le preguntamos cómo ha sido el lance.
Así fue el rececho
«No lo había visto nunca. Fue mi hermana Judith la que me advirtió de su presencia. Caminábamos recechando después de dejar a mi amigo Josué en otra zona del coto cuando nos hemos metido encima de él», relata Óscar.
El animal, según ha contado a Jaraysedal.es el cazador, estaba tumbado en una pradera y «muy tapado por el pasto».
Eran las 6:30 horas de la mañana y después de esperar unos cuatro minutos para poder contener el pulso, Óscar decidió tirarlo. «He tenido que apuntar al cuello. Gracias que estaba cerca. A unos 120 metros».
Cuando el animal cayó al suelo y junto a su hermana, también aficionada a la caza, fueron a buscarlo, no podían creer lo que habían abatido. Llamaron en ese instante a Josue, que según cuenta el cazador «no paraba de dar carreras por el monte cuando vio el trofeo».
La alegría de haber cazado un ejemplar tan extraño aún se percibe en la voz de Óscar. Un joven pero a la vez veterano cazador de corzos que a pesar de contar con varios trofeos homologables en su particular colección, «nunca había abatido ni visto un ejemplar como este».
