Dos cazadores miembros de la Sociedad ‘Nuestra Señora de los Remedios’ de Cártama, en la provincia de Málaga, rescataron este martes 26 de octubre a una cría de cabra montés que se encontraba a punto de ahogarse en un canal que atraviesa este coto de 1.800 hectáreas. Juan Ocaña García, guarda de esta sociedad compuesta por 180 cazadores, y Eugenio Vera Bueno, el joven que encontró al animal en peligro, fueron los protagonistas de este rescate que ha acabado con final feliz.

«Iba a morir sí o sí», describe Ocaña a la redacción de Jara y Sedal sobre el estado en el que se encontraron al animal. Éste «ya estaba en las últimas; no se encontraba desnutrido, pero sí cansado», describe el guarda. El canal «es muy profundo y está abandonado, tiene mucho lodo y mucho barro en el fondo, lo que hace muy difíciles los movimientos», asegura Ocaña.

Eugenio Vera, el otro cazador protagonista del rescate. © JyS
Eugenio Vera, el otro cazador protagonista del rescate. © JyS

Al guarda lo llamó Eugenio Vera y enseguida se pusieron en marcha para rescatar al animal: «Lo sacamos intentando hacerle el menor daño posible, lo pusimos en un contenedor con agua y paja y en una hora estaba recuperado. Nuestra suerte fue que habíamos visto las cabras cerca, y cuando fuimos a buscar dónde estaban más o menos, estaba la madre. El rescate no pudo acabar mejor», se congratula el guarda malagueño.

El de Cártama se trata de un coto de caza mayor con aprovechamiento de caza menor atravesado por este canal, al que han caído múltiples animales silvestres y también domésticos en los últimos años que han sido rescatados por Ocaña: «El canal no está vallado en muchos sitios; sí se han colocado quitamiedos en algunos lugares, pero los animales en cuanto ven el agua se tiran a beber sin saber que no pueden salir», se lamenta.

El guarda ‘rescatador’: así salvó a un mochuelo la semana pasada.

Por otra parte, Juan Ocaña también fue protagonista del rescate de un mochuelo herido el pasado fin de semana: «Lo vi con la cabeza metida dentro de un vallado. Se estrelló contra la alambrada con la mala suerte de que se quedó atrapado en ella. Estaba aleteando y lo liberé», expone. Ocurrió en una verja alta de unos dos metros de altura.