Las sociedades de caza de la Sierra de la Culebra (Zamora) y cazadores particulares de la región se están volcando con la fauna silvestre de la zona tras el devastador incendio que ha tenido lugar en los últimos días y que han arrasado más de 30.000 hectáreas. De nuevo, el sector cinegético da ejemplo mientras el sector animalista se conforma con dar ánimos desde la ciudad.

Miembros de la Sociedad de Cazadores ‘Barmalo’, de Ferreras de Abajo, localidad que sufrió uno de los primeros focos del incendio, no han dudado en echarse al monte para ayudar a los animales. José Manuel Taboada, uno de los miembros de su junta directiva, explica que el coto cuenta con una treintena de socios y 1.200 hectáreas de terreno en las que ya han aportado agua y alimento para que coma la fauna silvestre del lugar. No obstante, según explican a la redacción de Jara y Sedal, las autoridades no les han permitido por el momento acceder a la zona de la Reserva de la Sierra de la Culebra para alimentar a los animales que han sobrevivido.

«La sociedad ha comprado un camión de alfalfa y lo hemos repartido por el coto; cuando se acabe, intentaremos seguir comprando más alimento», explica Taboada. «Se han visto afectados animales de caza mayor como ciervos, corzos, jabalíes y otros animales de menor como conejos, liebres o perdices. Se ven animales, pero están desorientados. Intentas echarles de comer en lugares donde hay bebederos o regazos con agua, con alfalfa o pan que donan las ganaderías de la zona», explica el cazador.

Sobre cómo vivieron el inicio del incendio, explica que «muy mal». «Comenzaron a caer rayos, el fuego se vino arriba y fue cogiendo fuerza. No podías ayudar prácticamente en la extinción de éste, porque estaba la UME y todas las cuadrillas de la Junta, que no te dejaban. Nuestra misión ahora es intentar que la fauna sufra lo menos posible», añade Taboada.

Un cazador en Ferreras de Abajo. © J. M. T.

Otra sociedad de cazadores que ayuda a los animales de su coto, del que se ha quemado el 75% del terreno

Los cazadores repartiendo alimento .© J. A. F.

José Antonio Furones es presidente de la Sociedad Deportiva ‘Virgen de la O’, de la localidad de Calzadilla de Tera, que está formada por unos 35 socios. En su coto el fuego ha arrasado un 75% de las 1.345 hectáreas que lo forman.

«Hemos comprado un camión de alfalfa, nos han traído maíz ensilado, mucha gente nos ha traído fruta, estamos poniendo bebederos y echando agua en la zona en las fuentes a todas horas y pondremos más bebederos», expone Furones, que defiende que «los cazadores somos los mayores ecologistas».

Asimismo, asume que «no podremos cazar» en la zona quemada en los próximos años, «pero es lo que nos toca», se lamenta. «Ahora un gestor que nos lleva los papeles ha estado evaluando todo y no sabemos qué nos dirá la Junta de Castilla y León», añade.  

Más imágenes de los cazadores repartiendo alimento y agua .© J. A. F.

El caso de Jerónimo Cuesta, un zamorano comprometido con la Sierra de la Culebra

Un corzo en un campo calcinado. © Cinegetics

Jerónimo Cuesta, de Cinegetics, es un zamorano más que ha demostrado estar comprometido con la Sierra de la Culebra tras la catástrofe medioambiental que ha sufrido: «Para mí la Sierra de la Culebra es un emblema y tengo un vínculo sentimental muy potente con él, ya que cazaba todos los años la berrea aquí», señala a esta redacción.

Expone que «la solidaridad de la gente de la zona y de los cazadores ha sido increíble; la respuesta del mundo rural ante esta catástrofe ha sido digna de mención. Cuando un problema real sucede, la gente de los pueblos se vuelca de una forma especial».

Su iniciativa surgió a título privado «viendo la lentitud que tenían los organismos públicos». «Por ello intentamos orquestar todas las ayudas a través de donaciones directas de alimentos o con donaciones de dinero a una cuenta de una Cooperativa para llevarlos a ciertos puntos, entre ellos Villar de Ciervos o Ferreras de Abajo», explica. Decathlon también puso de su parte y creó un punto de recogida de comida en la zona.

«Antes de organizar esto, a título privado, fuimos con nuestros coches repartiendo comida en los puntos más querenciosos para la fauna, porque aunque no lo parezca, los animales vuelven a su querencia natural, y se encuentran con lugares arrasados y con aportes de agua que no tienen», describe el cazador. «Poco a poco, fue contando conmigo más gente y fuimos orquestando estas ayudas; empezaron a llegar camiones de diferentes partes del país y se organizaron una serie de cuadrillas de apoyo y la gente, voluntariamente, se personaba allí según los puntos que nos indicaban los guardas de la Reserva», señala.

Pero Cuesta advierte: «Morirán muchos animales más a lo largo de las próximas semanas, van a ser complicadas, porque les ha pillado en plena época de cría».

La ayuda de Cuesta y más compañeros. © Cinegetics

Mario Fernández, un cazador y transportista que realiza viajes de forma altruista para ayudar a la fauna

Por otro lado también destacan casos particulares como el de Mario Fernández, un cazador y transportista natural de Fuente Encalada, en la provincia de Zamora, que con su empresa Benatrans Fernández S.L. está realizando viajes de forma altruista para aportar alfalfa y paja a las sociedades de caza de la zona y a Jerónimo Cuesta: «A mi pueblo y al de al lado nos afectó otro incendio el pasado viernes, pero el incendio grande de la sierra no; no obstante, estoy haciendo los viajes que se requieren por ayudar a la fauna de forma altruista», explica a esta redacción.

El papel de la caza en la lucha contra el fuego

incendios cazadores aliados
© Shutterstock

El «Informe de Impacto Socioeconómico de la caza en España», elaborado por la consultora Deloitte para la Fundación Artemisan, revela que el sector cinegético es clave en la lucha contra incendios forestales ya que cada año invierte 54 millones en mantenimiento y adecuación de accesos, pantanos, mejora del monte, cortafuegos y cortaderos, podas… entre otros.

Pero el papel de la caza en la lucha contra el fuego va mucho más allá: los miles de guardas que trabajan en los cotos de caza de toda España se convierten en agentes activos en la prevención, ya que en innumerables ocasiones son quienes primero advierten el inicio de los incendios forestales así como comportamientos inadecuados por parte de los usuarios del monte y que pueden aumentar el riesgo de que se inicie un incendio.