Un estudio de la Universidad de León muestra la influencia de la caza en la distribución del buitre leonado. Ambos, cazadores y buitres, se benefician mutuamente. 
25/6/2019 | Redacción JyS 

Buitre negro. / Shutterstock

Los buitres juegan un papel importante en el mantenimiento de un hábitat rural saludable. Los animales muertos pueden ser un peligro para la salud de los vivos, ya que tienen la capacidad de propagar enfermedades y son los carroñeros los que rápidamente rompen la biomasa muerta, por lo que su existencia redunda en beneficios para los ecosistemas.
En este sentido, los cotos de caza mayor pueden contribuir al mantenimiento de importantes poblaciones de aves necrófagas y de otras especies que aprovechan la carroña. Una adecuada gestión de los subproductos generados en las cacerías es determinante para conseguirlo. Se trata por tanto de una herramienta de gran interés en la conservación ya que contribuyen al necesario control de las enfermedades infectocontagiosas que la fauna cinegética puede portar.

La Universidad de León así lo ratifica

Un interesante trabajo de la Universidad de León recogido por Ciencia y Caza abordó la influencia de la caza en la distribución del buitre leonado en las Reservas Regionales de Caza de Mampodre y Riaño. Los autores buscaron a los buitres y compararon las localizaciones de los mismos con las zonas en las que se realizaron cacerías, contando con la estrecha colaboración de los cazadores para determinar en qué cuarteles se habían abatido piezas.
Los resultados revelaron una relación muy fuerte entre la presencia de los buitres y las cacerías, especialmente de ciervo y jabalí. De hecho, estas aves se asentaron muy cerca de las zonas donde se practicó la actividad cinegética siendo observados aprovechando las carroñas en estos lugares. Incluso los autores pudieron determinar que en un radio de 3,5 kilómetros donde se realizaban monterías de ciervo y jabalí era donde más probabilidad existía de avistar a los buitres.
Por último, los autores estimaron que la caza en la zona de estudio podría estar alimentando alrededor de 1.800 buitres durante un período de seis meses, un dato que pone de manifiesto que la caza mayor es muy importante para estas especies de aves carroñeras que cierran el ciclo de la vida.