Unos 50 estudiantes de secundaria y bachillerato del IES Vicente Núñez de Aguilar de la Frontera (Córdoba) han podido comprobar de primera mano cómo los cazadores contribuyen a la recuperación de la biodiversidad en entornos agrícolas. La jornada ha formado parte del proyecto europeo ‘Framework’, impulsado por la Fundación Artemisan junto a la Sociedad de Cazadores local y la Federación Andaluza de Caza.

Durante la actividad, los alumnos participaron en un ‘MiniBioBlitz’, una dinámica educativa que consiste en identificar el mayor número posible de especies vegetales y animales en un entorno concreto y en un tiempo limitado. Organizados en siete grupos, los estudiantes recorrieron dos zonas de un olivar gestionado de forma diferente para analizar el impacto que tiene el manejo de la vegetación sobre la biodiversidad.

Dos escenarios, dos realidades ecológicas

La primera parada fue un olivar de manejo intensivo, donde la cubierta vegetal había sido eliminada casi por completo. En este espacio los jóvenes identificaron entre 10 y 21 especies por grupo, una cifra significativamente baja que refleja la pobreza ecológica derivada de este tipo de gestión agrícola.

© Fundación Artemisan

En contraste, la segunda localización fue la finca El Madroño, donde se mantiene una cubierta vegetal entre calles, en parte de forma natural y en parte reforzada por semillas sembradas en el marco del proyecto en 2021. En este entorno, los estudiantes lograron detectar entre 25 y 55 especies por grupo, lo que pone de manifiesto la capacidad del suelo para regenerar vida cuando se gestiona con criterios ambientales.

Este ejercicio práctico ha evidenciado con claridad uno de los principales objetivos del proyecto Framework 2020: demostrar que la agricultura puede ser aliada de la biodiversidad si se aplican métodos sostenibles de manejo del territorio, como los que impulsan numerosos cazadores en España y en el resto de Europa.

Tecnología y ciencia ciudadana en el aula

© Fundación Artemisan

Para identificar las especies, los participantes emplearon la app ‘Obsidentify’, especializada en la recopilación de datos sobre biodiversidad. Además, todos los resultados fueron subidos a la plataforma ‘iNaturalist’, un proyecto de ciencia ciudadana global que permite mapear la biodiversidad en cualquier rincón del planeta.

Antes de la salida a campo, los estudiantes asistieron a una charla explicativa en el centro educativo, en la que se contextualizó el papel de las cubiertas vegetales y el compromiso del mundo cinegético con el medio ambiente. En las próximas semanas está previsto celebrar una jornada final en la que se analizarán los datos recogidos y se pondrá en valor el contraste entre los dos modelos agrícolas observados.

Esta iniciativa se enmarca en una corriente cada vez más extendida que busca dar visibilidad al papel de los cazadores como gestores medioambientales, responsables de conservar ecosistemas agrícolas más sanos y biodiversos.

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