El incendio forestal que ha arrasado cerca de 2.000 hectáreas de los términos de Lober de Aliste, Domez de Alba y Vegalatrave, en Zamora, ha dejado cientos de cadáveres de conejos, perdices, liebres, ciervos y corzos a su paso desde que se iniciara el pasado 15 de agosto. Los animales que han conseguido sobrevivir lo harán en unas difíciles condiciones, de ahí que varios de los cazadores de las sociedades locales de ‘Guimaraes’ y ‘El Águila’ se hayan apresurado en llevar comida y ramas para aportarles refugio.

Del coto de caza Guimaraes, de Domez de Alba y que cuenta con una extensión de 1.511 hectáreas, «se ha quemado el 95% del terreno», relata a Jara y Sedal Eva Rius Massot, conocida cazadora catalana residente ahora en Salamanca y socia del acotado.

Tras una iniciativa compartida por los presidentes de los cotos de caza de Domez y Vegalatrave a través de los grupos de WhatsApp con los que cuentan, varios cazadores se desplazaron durante varios días para tratar de ayudar a la fauna que había sobrevivido al incendio.

Vegetación llevada por los cazadores a diferentes zonas afectadas por el incendio para ofrecer refugio a los animales. / E.R.

En pocas horas el fuego acabó con el coto de Domez casi por completo

«Cazamos la codorniz por la mañana en Domez, porque es el pueblo de la abuela de mi marido, y paramos en el río a mediodía para descansar y después continuar por la tarde cuando, sobre las 14 horas vimos humo sobre la montaña», relata Eva Rius, quien caza en el citado acotado desde hace cuatro temporadas.

«Llamamos al presidente porque en poco tiempo, sobre las 16 de la tarde, ya llegaba al término de Vegalatrave. Queríamos ayudar», añade sobre la impotencia vivida en los primeros momentos del incendio.

«Faltaron medios. No llegó ni una avioneta en todo el término de Domez. No se quemó el pueblo por los vecinos y lo mismo pasó en Vegalatrave», relata Rius sobre un incendio que arrasó el 95% de los terrenos del primer coto y el 50% del segundo, según ha asegurado la propia cazadora a Jara y Sedal.

Los cazadores acuden poco después para llevar comida y cobertura vegetal

Dos días después varios cazadores recorrieron los terrenos de los cotos de caza de Domez de Alba y Vegalatrave para tratar de ayudar a la fauna salvaje. «Pusimos ramas sobre los vivares de los conejos para proteger de los ataques de las aves rapaces a los que hubieran sobrevivido. Sabemos que esto les va a ayudar y a las perdices también», asegura la cazadora.

Dos cazadores llevan comida a los animales. / E.R.

«En unos días volveremos para llevar más comida y ramas», añade por último Eva Rius dejando claro que, a pesar de que la caza probablemente se prohíba al menos por cinco años en Domez, no van a dejar solos a los animales y tratarán de ayudarles con nuevas iniciativas de este tipo.

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