Hoy es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Para conmemorarlo damos a conocer la historia de Pedro, un cazador que hace diez años sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas y que, pese a las dificultades, nunca ha dejado de practicar su gran pasión.

3/12/2019 | Redacción JyS

cazador silla de ruedas
Pedro Gómez, durante una montería. / JyS

Pedro Gómez Bonilla tiene 47 años, es natural de la localidad pacense de Bodonal de la Sierra y desde hace diez se encuentra en una silla de ruedas debido a un grave accidente laboral. Pedro era agricultor y perdió la movilidad de sus piernas, pero decidió que eso no podría frenar sus ganas de hacer lo que más le gusta: cazar.

«Llevo cazando toda la vida y eso no podía impedir que lo siguiera haciendo», relata a Jara y Sedal. Según nos cuenta, antes practicaba diferentes modalidades de caza tanto de menor como de mayor, sobre todo monterías en las provincias de Badajoz y Huelva. Ahora, tras el accidente, tan sólo puede practicar esta última modalidad y alguna otra en puesto fijo, ya que son las únicas que le permiten estar quieto y esperar a que pasen las piezas.

«Cuando tuve el accidente volví de nuevo a la lucha, no podía permitir quedarme quieto», recuerda. «No es como antes, pero pude volver a hacerlo de nuevo, necesitaba cazar y sentir la libertad del campo», confiesa.

Desde entonces, Gómez Bonilla disfruta de las monterías: «Lo bueno que tienen es que no te puedes mover del puesto, y por eso disfruto», asegura. «También me lo paso bien con la caza de zorzales por mi zona, puesto que tampoco exige moverse demasiado», añade. Aunque el accidente limitó las modalidades y el modo de practicarlas, nunca ha perdido la ilusión por la caza e incluso ésta le ha ayudado a sobrellevar los problemas de salud atravesados tras el accidente laboral.

Por ello, este cazador que no ha cesado en su empeño de continuar haciendo lo que más le gusta, participó la semana pasada en una montería en las cercanías de la localidad pacense de Aracena, donde pudo abatir dos reses «tras dos rápidos lances pero efectivos».

«Suelo cazar en las monterías que organizamos por mi zona y en la de Huelva, al menos dos o tres durante la temporada de caza», relata orgulloso este cazador que representa un ejemplo de valentía y superación en un día, hoy, en el que se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

Otras grandes historias de superación que fueron protagonistas en Jara y Sedal

cazador y pescador invidente
El primer día que Tachi se unió a la cuadrilla tras el accidente sus compañeros le regalaron un nuevo chaleco firmado. / T.

Para finalizar, recordamos varias grandes historias de superación que fueron protagonistas en Jara y Sedal. La primera de ellas es la de José Manuel Suárez «Tachi», un jovencísimo cazador que en 2015 sufrió un accidente al caerse desde una roca durante una cacería cerca de la localidad leonesa de Almuzara que le dejó en una silla de ruedas. Es vecino de Robles y, por supuesto, sigue siendo un apasionado del mundo cinegético porque es su filosofía de vida. Esta es su historia.

También el pasado 18 de febrero, un caso similar fue protagonista en este medio. Fue el de Javier Díaz, cazador de la localidad madrileña de Navalcarnero, al que el pasado mes de enero un problema en la arteria femoral le cambió la vida: tuvieron que amputarle una pierna. Tras la operación llevada a cabo en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, en Móstoles, tuvo la caza como terapia para afrontar el día a día tras el grave problema que sufrió. Su encomiable testimonio revelado a este medio es todo un ejemplo a seguir.

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