Javier Rodrigo Sánchez y un águila real son los protagonistas de una singular historia que tuvo un final feliz el pasado fin de semana. Ocurrió en Viana de Mondéjar, una pedanía de la localidad alcarreña de Trillo. Ni agentes forestales ni el SEPRONA estaban disponibles, por lo que el cazador se puso manos a la obra para salvar al ave.
14/3/2019 | Redacción JyS 

águila real
«Fue una sorpresa», afirma el cazador al que un vecino que estaba haciendo footing le informó que al borde de la carretera había «una rapaz que estaba herida». / J.R.

La historia que a continuación narramos ocurrió el pasado fin de semana y su protagonista se  llama Javier Rodrigo Sánchez, un cazador que salvó a un águila real en Viana de Mondéjar, una pedanía de la localidad alcarreña de Trillo. Ni agentes forestales ni el SEPRONA podían acudir, por lo que el cazador se puso manos a la obra y salvó al ave.
«Fue una sorpresa», afirma el cazador al que un vecino que estaba haciendo footing le informó que al borde de la carretera había «una rapaz que estaba herida». Cuando el corredor fue a observarla, comprobó que se mantenía «en la misma posición», por lo que llamó a la Guardia Civil «para ver si la podían venir a rescatarla». En Trillo, la Benemérita no estaba disponible.
La otra opción era llamar a Javier, presidente de la asociación de cazadores del municipio, quien acudió presto a la llamada. «Él me había dicho que era una rapaz, pero cuando me quité la chaqueta mi sorpresa fue que se trataba de un águila real joven, ya que aún tenía unas alas blanquecinas (…) Además, una de ellas la arrastraba». 
Javier Rodrigo llamó al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), pero le comunicaron que no había ninguna patrulla de guardia en Guadalajara. De ahí, le remitieron al 112, «algo que es chocante», confiesa. «La chica que nos atendió se mostró sorprendida y nos dio el teléfono de los forestales que estaban de guardia para los incendios», explica. 

Una situación que se demoraba

La situación se iba demorando con el animal pegado al arcén de la carretera. «Ya eran las tres de la tarde y decidimos que lo más conveniente era llevarnos el animal a otro lugar, porque podría cruzar la carretera si lo dejábamos solo y podría morir», explica Rodrigo.
Con la ayuda de otro miembro de la asociación de cazadores, cubrieron al animal con una manta y lo envolvieron, soltándolo después en un garaje con la luz apagada. «Ahí se quedó tranquilo», relata el cazador.
Poco después hablaron con los agentes forestales, «que estaban a hora y media del municipio, en el Alto Tajo». Finalmente, uno de ellos se personó y se lo llevó hasta la localidad de Cifuentes y, de ahí, otro compañero la transportó a un centro de recuperación de aves situado en Guadalajara.
«Aparentemente, el animal estaba bien salvo el problema del ala. Probablemente debió estar bastante tiempo en ese lugar porque se le notaba agotado y deshidratado», relata el cazador. «El animal parecía perfectamente sano por lo demás. Esperemos que la puedan recuperar y la puedan soltar de nuevo porque no tenía el ala rota, sino lastimada», confirma esperanzado Javier Rodrigo.

Otra águila rescatada por un cazador hace una semana

José Ángel Rodríguez sujeta al águila junto a los agentes. / Jordi Landero-Huelva Información

Los cazadores tienen como premisa los rescates de animales salvajes en peligro. También la semana pasada en Huelva el joven cazador José Ángel Rodríguez rescató de una muerte segura a un águila ratonera que encontró en un pinar cercano a la localidad onubense de Cartaya. Rodríguez se encontró con el ave «muy delgada y sin fuerzas para emprender el vuelo».
Otro gran ejemplo del que Jara y Sedal se hizo eco el pasado mes de enero ocurrió en la localidad madrileña de Colmenar Viejo: un grupo de cazadores renunció al último día de caza de la temporada con tal de salvar la vida a un buitre negro que encontraron enfermo al inicio de la jornada cinegética.

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